OPINIÓN

La desafección ciudadana por la política

30 de enero de 2025 - 15:32
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En los últimos años, la desafección de la ciudadanía hacia la política en España ha alcanzado niveles alarmantes. Muchos ciudadanos sienten que sus representantes no trabajan por el bien común, sino que se mueven en un mar de tacticismos políticos que priorizan intereses personales y partidistas sobre las necesidades reales de la población. Esta desconexión ha generado un clima de desconfianza y apatía, donde la política se percibe como un juego de poder más que como un servicio a la sociedad.

La situación se agrava con el auge de gobiernos de extrema derecha, tanto en España como en el resto del mundo. En nuestro país, la irrupción de partidos como Vox ha evidenciado un cambio en el panorama político, donde se promueven discursos de odio y xenofobia que resuenan con un sector de la población descontento. Este fenómeno no es exclusivo de España; en Europa y América, hemos visto un resurgimiento de movimientos nacionalistas que se alimentan del miedo y la inseguridad. Países como Hungría y Polonia han adoptado políticas que socavan los derechos humanos y la democracia, mientras que en Estados Unidos, el reciente nombramiento de Donald Trump ha reavivado un estilo de liderazgo que se basa en la polarización y la división.

Trump, apoyado por un grupo de empresarios millonarios, ha implementado políticas que favorecen a las élites a expensas de las clases trabajadoras. Su retórica agresiva y su enfoque en la «América Primero» han creado un ambiente donde la xenofobia y el racismo se normalizan. Este tipo de liderazgo no solo afecta a Estados Unidos, sino que tiene repercusiones globales, inspirando a otros líderes a adoptar posturas similares. La preocupación es palpable: ¿qué futuro nos espera si la política se convierte en un campo de batalla donde el diálogo y la empatía son reemplazados por la confrontación y el odio?

La desafección política en España no es solo un fenómeno aislado; es parte de un patrón más amplio que refleja la crisis de la democracia en todo el mundo. La falta de representación y la sensación de que los políticos no escuchan a sus ciudadanos alimentan un ciclo vicioso de desconfianza. Es fundamental que los partidos políticos recuperen la conexión con la ciudadanía, priorizando el diálogo y la transparencia. Solo así podremos contrarrestar el avance de la extrema derecha y construir un futuro donde la política sirva realmente al bien común.

En conclusión, la desafección de la ciudadanía hacia la política en España es un síntoma de un problema más profundo que afecta a muchas democracias en el mundo. La lucha contra el auge de la extrema derecha requiere un compromiso renovado por parte de todos los actores políticos y sociales. Es hora de que la política vuelva a ser un espacio de encuentro y construcción colectiva, donde cada voz cuente y cada ciudadano se sienta representado.

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