OPINIÓN

La preocupación de subir de peso en verano: cómo afrontarla sin restricciones


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Ángela María Lafuente
28 de julio de 2024 - 10:52

El verano es una época del año que muchos esperan con ansias por la oportunidad de relajarse, disfrutar del sol y pasar tiempo con amigos y familiares. Sin embargo, también es una estación que trae consigo la preocupación de subir de peso. Después de meses de restricciones y dietas estrictas para llegar en forma a julio, muchas personas se sienten atrapadas en un ciclo de «todo o nada» durante las vacaciones. Este enfoque puede ser perjudicial y llevar a un aumento de peso no deseado, seguido de sentimientos de culpa y frustración.

El error del pensamiento de «todo o nada» es que nos empuja a extremos poco saludables. Durante el año, solemos adoptar dietas restrictivas con la esperanza de ver resultados rápidos, pero cuando llega el verano y las vacaciones, nos soltamos completamente y perdemos el control. Esta mentalidad no solo es contraproducente para el mantenimiento del peso, sino que también puede afectar negativamente nuestra relación con la comida y nuestro bienestar emocional.

Para evitar caer en este ciclo perjudicial, es crucial abandonar la mentalidad restrictiva y adoptar un enfoque más equilibrado y sostenible. En lugar de recurrir a dietas extremas, debemos enfocarnos en hábitos saludables que podamos mantener durante todo el año. Esto incluye una alimentación balanceada, la práctica regular de ejercicio y la capacidad de disfrutar de los alimentos sin sentir culpa. Así, es posible mantener el peso de manera efectiva y saludable.

La clave para una relación sana con la comida durante el verano es la flexibilidad. Permitirse disfrutar de un helado ocasional o una comida fuera de lo común no tiene por qué sabotear nuestros objetivos de peso. Al contrario, incluir estos pequeños placeres en nuestra dieta de manera moderada puede ayudarnos a evitar el sentimiento de privación y, por ende, reducir el riesgo de atracones. La flexibilidad nos permite disfrutar de las vacaciones y sus placeres gastronómicos sin tener que preocuparnos constantemente por el peso.

Finalmente, es fundamental recordar que mantener hábitos saludables no significa renunciar al disfrute. Podemos encontrar un equilibrio entre el placer de la comida y la salud. Al adoptar una mentalidad más flexible y compasiva con nosotros mismos, podemos disfrutar del verano sin la preocupación constante de subir de peso. Así, podemos vivir una vida más plena y satisfactoria, donde el disfrute de la comida y el bienestar físico coexisten en armonía.