Mientras el MIURA I, ese vehículo de lanzamiento suborbital desarrollado por la empresa ilicitana PLD Space, apunta al infinito con tecnología punta y ambición de futuro, los mortales que habitan el mismo espacio terrenal se enzarzaron, o mejor dicho, se enfangaron esta semana en el Pleno, sobre algo tan mundano como la silla. Pero no piensen que este debate es intranscendental, la silla ha sido un artefacto importantísimo a lo largo de la historia.
El Doctor Marañón (esto me toca de cerca actualmente) decía en una entrevista en 1950 en la BBC que el invento más importante en la historia de la medicina había sido la silla. Sí, han leído bien, la silla. Don Gregorio solicitaba que siempre hubiera una silla al lado de las camillas de sus pacientes porque así podía sentarse a escucharlos y atender sus dolencias y preocupaciones. Claro, no intenten buscar correlato con la sanidad actual, esto es impensable en un momento donde lo público se quiere hacer ver como lo de poca calidad y de baja atención, pero, eso no es por culpa del facultativo y del personal que empeñan todos sus pocos recursos en mantener la calidad del servicio, pero esto será para hablarlo en otro artículo.
Sigamos con las sillas. El Tricicle, uno de los grupos humorísticos más importantes de nuestro país, dedicaron un espectáculo completo a la silla donde la situaban como: “Espectadora de privilegio en equitativos tratados de paz, suculentos ágapes, agradables charlas, espectáculos divertidísimos, duras sentencias, largas esperas y apasionados amoríos”. Sin duda alguna, lo acontecido esta semana en el pleno podría haber sido guionizado por el mismísimo José Luís Cuerda creador de la desternillante película “Amanece que no es poco”.
Existe en la actualidad una tendencia, frente a la moda barroca o aristocrática de los salones franceses, de inaugurar nuevos espacios gastronómicos con sillas diferentes, cada una de una manera. Es como cuando se te rompe una silla del juego de seis que compraste para tu primera boda hace 15 años y ya no encuentras una igual, pues la solución es todas diferentes y así pasas a ser un moderno más.
Pero, cuidado, no todas las sillas son plebeyas, algunas de ellas tienen historia propia o hasta nombre propio. La nº14 (por la posición que ocupaba en el catálogo), creada por Thonet, es la más vendida en la historia. Y he aquí donde aparece nuestra protagonista y polémica silla Tiffany. Una curiosidad, en mi boda, como en tantos y tantos eventos de este tipo, también tuvimos la silla Tiffany para el disfrute y goce de nuestros invitados gracias a los amigos de DALUA, pero, además, también la he visto en los banquetes de gala que ofrecía el Presidente Bartlet en el Ala Oeste de la Casa Blanca, esto me hizo sentirme más importante, mi culo y el de Bartlet comparte la misma silla.
En serio, perdonen que me tome esto en broma, siento que si me lo tomo en serio caería en una demagogia tan facilona como la que se produjo en el pleno del Ayuntamiento de Elche esta semana. Solamente espero que el buen amigo Ezequiel Sánchez, Presidente ejecutivo de PLD SPACE, haya tomado nota y ponga una silla Tiffany en el MIURA II y así zanjar la polémica. Larga vida a la Tiffany.