Se termina el año y, como es habitual, es momento de hacer balance. 2024 llega a su fin y, en lo que respecta a Elche, creo firmemente que ha sido un año positivo para nuestra ciudad. Hemos sido testigos de un crecimiento notable en diferentes aspectos, y es imposible no destacar la evolución que Elche ha experimentado a nivel urbano, social y de servicios.
Elche, sin duda, es una ciudad cada vez más bonita. En sus calles, plazas y parques se respira el esfuerzo por modernizar y embellecer cada rincón. La transformación es palpable y visible, y los ilicitanos podemos sentirnos orgullosos de vivir en una ciudad que brilla con luz propia. No solo en términos estéticos, sino también en la calidad de los servicios que se prestan a los ciudadanos. La mejora constante en la atención al público, la infraestructura y el transporte son solo algunos de los ejemplos de la evolución positiva que experimentamos día a día.
Los ilicitanos nos sentimos cada vez más orgullosos de nuestra ciudad. Hemos sido partícipes de un cambio real, y aunque soy consciente de que aún queda mucho por hacer, también sé que se hará. Estoy convencido de que los esfuerzos de la administración local seguirán marcando el camino hacia una ciudad más moderna, accesible y próspera. Lo más importante es que, en todo este proceso, las personas siempre están en el centro de las decisiones. La prioridad de este gobierno municipal es, sin duda, el bienestar de los ilicitanos. Esto se refleja en las acciones y los proyectos que se están llevando a cabo para que Elche continúe brillando en lo más alto y se convierta en un referente en toda España.
Sin embargo, no quiero que esta reflexión pase por alto una de las tragedias más grandes que hemos vivido los valencianos este año. La catástrofe natural que ha golpeado a muchos de nuestros municipios ha dejado un dolor profundo en nuestros corazones. Las pérdidas humanas y materiales han sido devastadoras, y no hay palabras suficientes para describir el sufrimiento de tantas familias afectadas. En medio de este dolor, es importante recordar que la solidaridad y el apoyo mutuo son fundamentales para superar momentos tan difíciles. En este contexto, podemos afirmar sin dudar que 2024 ha sido uno de los peores años de nuestra historia. Pero, al mismo tiempo, es el momento de mirar hacia el futuro con esperanza y determinación.
Pidamos al nuevo año que sea el año de la reconstrucción. Que, con esfuerzo y trabajo conjunto, podamos restaurar y dar nueva vida a esos pueblos hermanos que han sufrido tanto. Estoy convencido de que 2025 será un año de esperanza y renovación. La solidaridad y la unidad de todos los valencianos serán clave para la reconstrucción y el renacer de nuestras comunidades más afectadas.
Aunque 2024 ha sido un año de grandes retos y tristezas, también ha sido un año de avances para Elche y de solidaridad para toda la Comunidad Valenciana. Miremos al futuro con confianza, sabiendo que, como siempre, lo mejor está por llegar.