Han pasado más de 4 meses desde la trágica DANA que asoló a nuestra vecina provincia de Valencia. Después de la magnitud de la tragedia, en términos humanos y económicos, cualquiera esperaría que las administraciones respondieran. Lamentablemente, no todas las administraciones están respondiendo.
En el día en que se escriben estas líneas, tan solo un 7,88% de las ayudas anunciadas a bombo y platillo, por el Gobierno de Pedro Sánchez han sido pagadas. Ay, si fueran tan eficientes pagando las ayudas como anunciándolas… Es inadmisible, incomprensible y hasta me atrevería a calificarlo de inhumano que la Administración que tiene todos los datos de los ciudadanos, como la Agencia Tributaria, es incapaz de avanzar con los pagos de las ayudas.
En cambio, ante la parálisis del Gobierno central, la Generalitat ha pagado más del 46% de las ayudas. Casi el 50% frente a casi el 8% y todo eso pese a ser la Comunidad Autónoma peor financiada y contar con unos recursos mucho más limitados. Porque entre las ayudas que ofrece el Ejecutivo central, están las del Consorcio de Seguros, que hay que aclarar pagamos todos al pagar nuestra póliza y que son las que se están pagando con gran lentitud como denuncia la CEV.
Aunque en la Generalitat valenciana no contamos todavía con unos presupuestos para este año, se ha aprobado una línea de más de 2.200 millones de euros dedicados íntegramente a la recuperación , además de todas las ayudas aprobadas hasta este momento. Estos son datos y no relatos que dejan clara la posición de la Generalitat: la ayuda y la recuperación de las zonas que más lo necesitan.
Es el mismo Consell que, a pesar de todas las dificultades, va a invertir 83 millones de euros para reformar la depuradora de Algorós, que permitirá mejorar el caudal y la calidad del agua, para que nuestros regantes cuenten con agua de la mejor calidad para sus cultivos. No es de recibo ni presentable los recortes del Trasvase que ha llevado a cabo el Gobierno de Sánchez, y que nos ha dejado en la posición 52 de 52 en inversiones, otro año más, porque no han sido capaces de ponerse de acuerdo con sus socios y han tenido que prorrogar por tercer año los Presupuestos Generales del Estado.
La voluntad de este Consell es clara: ayudar a los afectados por las riadas, pero sin olvidar sus compromisos electorales. Porque cuando se gobierna, se gobierna para todos. Sin los muros, sin la confrontación, sin la crispación que genera este Gobierno para tapar sus miserias y distraer así el foco de atención de sus múltiples frentes de corrupción abiertos con la justicia.
En los momentos de dificultades, hace más quien quiere que quien puede.