OPINIÓN

SOLO PARA LO BUENO Y LO MEJOR

22 de septiembre de 2024 - 09:40
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Susana y María se encontraron, de casualidad, paseando por el parque. Hacía un par de años que no se habían visto y, siendo viejas conocidas, se alegraron de coincidir.

¡Susana! ¡Te veo genial! ¿Qué tal estás? ¿Cómo te trata la vida?

¡Muy bien, María! ¿Y a ti?

Bueno, hace seis meses que me separé de Manuel.

¡¿De verdad?! ¿Y eso? ¿Qué pasó?

No sé… Un poco todo: la monotonía, el estrés por el trabajo, la tensión con los niños…

Bueno… Pues que todo sea para mejor —expresó Susana.

Y tú, ¿sigues casada con Alberto?

Sí, sí. Y súper enamorada de mi marido. ¡Aún siento mariposas! ¡¿Te lo crees?! —exclamó Susana.

¡¿En serio, Susana?! ¡¿Cómo lo haces? Lleváis… ¿cinco años casados?

Cinco de casados y tres de novios, sí.

Sin hijos, ¿verdad? —quiso saber María.

No tenemos hijos en común, pero Alberto tiene dos hijos de su matrimonio anterior, ¿te acuerdas?

Sí, claro… ¡Y dime! ¡¿Cuál es el truco?! Nosotros, en el mismo tiempo de relación, hemos terminado hundiendo el barco… —reconoció María apenada.

¿Truco? ¡Será por el LAT*! —afirmó Susana riendo.

¿LAT*? ¿Y qué es eso?

Mi marido no vive siempre conmigo.

Ante la cara de asombro de su amiga de la infancia, Susana ofreció más detalles:

Te cuento. Alberto tiene dos hijos: Rafa, de doce años y Daniel, de diez. Están en custodia compartida, pero no son los niños quienes van de casa en casa, sino los padres los que alternan en el piso donde viven los niños. ¿Me sigues?

Los niños viven permanentemente en una casa y son su padre y su madre los que van cuando les toca… ¿Es eso?

¡Correcto! Dos días a la semana mi marido vive en la casa de sus hijos. Fines de semana alternos y vacaciones a mitad —aclaró Susana.

¿Quieres decir que tú no tienes relación con los hijos de tu marido?

No es así. Verás, yo estoy siempre con Alberto, cuido de sus hijos tanto como él. Pero no duermo allí. Digamos que voy y vengo como la pareja de su padre.

Y, ¿cómo llevas eso?

¡Sensacional! ¡Ni te lo imaginas! Vivimos como en un perpetuo noviazgo. Echándonos de menos en las noches en las que no dormimos juntos, disfrutando los días con los niños… ¡Y gozando el tiempo que estamos solos!

¡Ya ves! —exclamó María sorprendida.

Yo tengo mi propio piso, que comparto gustosa con mi marido, cuando coincidimos. Mantengo mi libertad. Ambos tenemos nuestro espacio. Quedamos y hacemos cosas juntos, cuando nos viene bien…

¡Cómo amigos!

Como amigos y como novios, podríamos decir. Alberto tiene sus cuentas, sus gastos… Y a mí no me penaliza su vida anterior. Quiero a sus hijos. Adoro a esos niños. Vamos juntos al cine, al parque. Los fines de semana que le toca a Alberto, cuando yo no tengo planes, los acompañamos a sus partidos de baloncesto…

Sin malos rollos, sin esclavitud, sin reproches… Jolín, Susana, como me alegro por ti, amiga mía.

Y lo mejor… ¡El sexo! Tenemos una complicidad impresionante. Estamos deseando vernos para recuperar las noches que Alberto pasa con sus hijos. No he dejado de desear a mi marido durante estos ocho años de relación, María.

Igualito que nosotros… Después de trabajar todo el día, de pelearme con mis hijos, de dejar la casa recogida, no veía el momento de acostarme a dormir…

Ambas amigas se despidieron prometiéndose quedar una tarde para tomar café y seguir poniéndose al día.

Susana regresó a su consolidada relación. Era una mujer satisfecha, sin obligaciones prescritas por la sociedad para cubrir las necesidades de su marido Alberto. Estaba centrada en sus prioridades y compartía con Alberto todo lo que ella decidía, y con sus hijos, maravillosos momentos de felicidad.

María volvió a su casa pensativa, con ganas de hablar con Manuel, su exmarido. Deseaba tener la oportunidad de reflotar su relación con el hombre al que todavía amaba, con el padre de sus hijos. Quizás fuera el LAT* una opción viable para compartir las responsabilidades familiares que, a lo largo de su relación, habían pesado sobre las espaldas de María, motivo principal de la ruptura de su matrimonio.

*Living Apart Together

Susi Rosa Egea

Escritora