El pasado domingo el Elche C.F. tuvo un partido difícil y complicado, que afortunadamente lo resolvió con victoria. Fue una victoria competida, trabajada y dura. En frente tenía un rival muy necesitado y muy cambiado -ahora por fin, el Tenerife ya tenía entrenador-. 

El equipo ilicitano ganó, pero bien pudo empatar e incluso perder, sin embargo, se llevó los 3 puntos. Es por todo lo que pasó que encierra un “gran significado”, es decir, solo un equipo con dinámica positiva, solo un equipo que piensa como un grande (y el rival también lo piensa) se le suma como compañero de fatiga la diosa fortuna o/y la suerte. La suerte es muy cómoda, no le gusta salir de su zona de confort y cuando decide hacerlo lo hace al caballo ganador. 

Muchos fueron los cambios con los que tuvo que lidiar el equipo franjiverde. Algunas ausencias y algunos futbolistas nuevos, y eso puede ser una de las tantísimas explicaciones del flojo partido. Volvió a tener y a superar al rival en posesión de balón pero no se reflejó en ocasiones de gol. Ahí tiene Eder Sarabia una asignatura pendiente, todo lo que es capaz de hacer el equipo hasta 3/4, también debe proyectarlo en la zona de finalización, ahí donde se fríen las papas, ahí donde se ven los conocimientos y los comportamientos de un cuerpo técnico y por extensión de su equipo. 

¡Y recordad, esto es sólo fútbol!