OPINIÓN

Antología poética de D. Jaime Gil de Biedma

16 de junio de 2024 - 10:05
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Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde.

Como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante…

Jaime Gil de Biedma.

Para mí, este, es tal vez él mejor poeta de mediados del siglo XX. Y es también, el origen de la conocida corriente literaria llamada “poesía de la experiencia”, la perfecta definición para un autor repleto de realidades tan elegantemente contadas, como repletas de nostalgias, de romanticismo y de dudas, muchas de estas, sin respuesta, o no por lo menos, sin una respuesta clara. Su lenguaje es coloquial, sin florituras forzadas, o como escuche decir una vez a alguien. Desnudo, a lo que yo añadiría que sí, desnudo, pero sin llegar a herir sensibilidades, ni por obscenas, ni por estética. Claro que, como hoy todo es pecado, quien sabe si leyendo a este grande, no terminamos en el infierno de alguien.

De entre sus muchos títulos, recomiendo su “antología poética” a la que considero un magnifico y concentrado resumen. Es decir, un muy mucho en muy poco, y la lectura ideal para introducirse con un autor que recomendaría de forma encarecida a todos quienes, sean o no lectores de poesía, si, gustan de leer cosas con sustancia. Leer a D. Gil de Biedma es algo así como lo que sería para los amamantes de la sopa, una de estas bien repleta de sabrosos tropezones (yemas, cuellos de pollo, un muslito de pavo, su verdurita, esta última sólo para dar sabor, no para aparcar en el plato…), y no sólo una de esas con un caldito casi que, incoloro, con algún fideo a la deriva aquí y allá.

El año pasado me compré este mismo libro, un par de años antes me lo había dejado alguien. Ojo, devolví el libro a ese alguien tras leerlo, siempre lo hago, o por lo menos, eso creo. Y lo leí dos veces antes de devolverlo, porque hay lecturas que como esta que hoy me tomo la libertad de recomendarles, no sólo apetece leerlas a cada poco, cuando te pones con ello, la relees varias veces antes de devolver el libro a su sitio, y cada vez que lo haces, sientes el mismo gustito.