OPINIÓN

Queremos respeto para el campo

24 de febrero de 2024 - 08:41
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Las diferentes caras de un problema antiguo y precisamente por ello, enquistado, ocasiona reacciones diversas con más o menos fundamento. Y es que resulta hasta ofensivo ver las reacciones de políticos de diferente signo que, por su manifiesta falta de interés, tienen los focos puestos en otras áreas de la política que, sin duda entienden ellos, les dan más votos. ¿Por qué nos pillaron los franceses con el pie cambiado, cortando carreteras, tirando otra vez, por enésima vez, las cargas de frutas, hortalizas y vinos con origen en España de los camiones? ¿Pero que les ha pasado a éstos?

Les siguieron los alemanes, y ya se puso todo más serio. Han seguido los belgas, los italianos, los portugueses y, como no, los españoles; previas reuniones con intentos de aunar una tabla reivindicativa que no gustaba a todos. Y una vez más, por enésima vez, el ministro del ramo (en absoluto de flores), intentando evitar lo inevitable y tratando de minimizar la embestida… y una vez más dejando a una Organización Agraria como la Unión de Uniones, que ha demostrado en todos los procesos electorales que tiene una sólida base social en toda España, fuera de la reunión por el veto que hace años instituyó Loyola de Palacio y que por miedo a la desbandada nadie ha cuestionado.

Pero esta vez es muy diferente a todas. Los grupos de WhatsApp, como ellos se identifican, son muchos, muy activos y muy batalladores. De momento no hay ministro del ramo que les tosa. Y eso ha puesto en evidencia tanto a los unos como a los otros y aparecen por medio de las carreteras como un soplo de aire fresco en el sistema representativo del Campo Español. Al final todos pedimos casi lo mismo, salvo los argumentos que varían según la historia de cada sindicato. Agua para riego de los cultivos con la seguridad necesaria para poder planificar los mismos, que las Políticas Verdes Europeas no asfixien a los pequeños y medianos agricultores con la excesiva exigencia documental y normativa, revisión y estudio con detalle de todos los Acuerdos Comerciales con países terceros, flexibilizar las exigencias y los plazos del Cuaderno Digital (que nos beneficia para ganar más confianza de los consumidores, pero que supone una dificultad para una parte importante de los profesionales del campo y la ganadería).

También el control exhaustivo de las importaciones de frutas y hortalizas de áreas geográficas lejanas en las que hay plagas y enfermedades que de entrar en nuestros campos supondrían un daño casi irreparable a juzgar por los informes de los científicos valencianos del IVIA. Y, como no, una mejora sustancial del sistema de seguros agrarios español; que es ejemplo para otros países, pero que necesita una remodelación intensa para adecuarlo a la actualidad del clima, de la sequía y las adversidades cambiantes. Respeto. El campo, las familias campesinas, huertanas, ganaderas, se merecen el respeto de toda la sociedad y el aprecio de todos los consumidores, porque el esfuerzo permanente se centra en cultivar productos que lleguen a la mesa del consumidor casi recién recogidos, productos sanos, saludables, sabrosos, sostenibles y a precios razonables. Queremos seguir cultivando. Seguir viviendo en nuestros pueblos para que el medio rural siga vivo.