OPINIÓN

La lealtad partidista y la doble moral


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Daniel Rubio
16 de febrero de 2024 - 10:24

En el tumultuoso escenario político, los cambios de actitud de los líderes pueden ser indicativos de una evolución significativa tanto personal como estratégica. Para los que nos gusta analizar los detalles del día a día político, desde el inicio de la legislatura, hemos observado un cambio importante en portavoz, y ya con traje de candidato a la alcaldía del PSOE, Héctor Díez, cuya transición de un papel más agresivo y prominente a uno más moldeado y de perfil bajo, lejos de sorprenderme, me indicaba que estaba en buen camino y con buen equipo asesor detrás.

El PSOE, sabe que debe construir un candidato moderado y que ocupe el gran hueco dejado por Carlos González. Lo primero más sencillo; lo segundo, aunque complicado, piensan que ya lo consiguieron hacer con González y que Díez tiene mucho margen de mejora y futuro. La cercanía al ciudadano, el carisma y la parte ‘falsa’ de los candidatos de abrazar y sonreír a todos, se tiene o no se tiene. Hay tiempo y mucha voluntad, el tiempo dirá. Con este contexto, sorprenden las declaraciones realizadas durante esta semana tildando de “purga” los cambios llevados a cabo por el Gobierno Local en el funcionariado del Ayuntamiento de Elche. Ha criticado que desde que Pablo Ruz es alcalde se han realizado seis ceses de coordinadores de áreas. Sorprende que se desgaste y malgaste balas en cosas que ellos cuando han gobernado han manejado mejor nadie.

Sorprende más que manifieste “no conforma su equipo de trabajo en el primer mes o si me permiten, hasta las fiestas de agosto. Sin embargo, los ceses se producen a lo largo de casi ocho meses”. Un error estratégico. Un grupo que trabaja mejor que nadie esto. La crítica es un halago al alcalde que ha dejado trabajar unos meses a las distintas áreas para tomar decisiones. Hacer lo que manifiesta él, si sería incoherente, subjetivo y “purga”. Si que acierta y tiene toda la razón, sobre el cambio que ha introducido el equipo de gobierno en el ROM que permite nombrar directores de Área de Gobierno a personas que no sean funcionarios, que no ha sido aprobada por falta de consenso sino la imposición VOX. Primera vez que se salen del camino.

No está rápido ni acertado cuando dice que el fin era que el PP nombrara a ex concejales, que lo fueron con Mercedes Alonso, ser directores de área a pesar de no ser funcionarios. ¿A quiénes, si están todos ubicados? Seguramente, si en todos los años que han gobernado (la mayoría de la democracia) hubieran aprobado un ROM que regulase todas estas cuestiones, no tendríamos este panorama. Resulta innegable que la lealtad partidista ha sido una constante en la política, donde la lealtad a los partidos prima sobre la capacidad y la lealtad a la ciudad. Pero eso ha sido una constante histórica, en este Ayuntamiento en el personal de confianza, eventual y no eventual. La política actual, tiene una moral doble. Una, que predica y no practica; y otra, que practica, pero no predica.

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