El Jardín Artístico Nacional Huerto del Cura ha ampliado su colección escultórica con la incorporación de una nueva pieza, una estatua ecuestre en gres titulada Interpretación del cuadro de Tiziano “Carlos V en la batalla de Mühlberg”, inspirada en el Siurell mallorquín. La obra, realizada en 1988 por la artista ilicitana Sol Pérez, ha sido instalada en el parterre del emblemático drago gigante (Dracaena drago), cerca de la Rocalla.

La escultura se apoya sobre una base de pino, la cual, a su vez, reposa sobre un pie de tronco de olivo. La base de pino, de 15 centímetros de grosor y 80 centímetros de diámetro, procede de la tala de un Pinus halepensis que crecía en el propio Huerto del Cura y que falleció tras casi 200 años de vida. El pie de olivo, por su parte, proviene de un ejemplar del campo de Elche.

Vicente Federico Orts, uno de los propietarios del Huerto del Cura, ha destacado la importancia de esta nueva incorporación: “Con esta obra enriquecemos nuestra colección de esculturas con una pieza única, tanto por su temática como por los materiales empleados en su creación”. Además, ha subrayado el honor que supone contar con una obra de Sol Pérez, “una artista de gran relevancia y con un fuerte vínculo con la ciudad de Elche”.

Sol Pérez Segura, una artista con proyección internacional

Sol Pérez Segura (Elche, 1940) es una artista reconocida principalmente por su trabajo en cerámica, aunque su trayectoria también abarca otras disciplinas como la fotografía, la escultura y el grabado. Ha participado en numerosas exposiciones tanto individuales como colectivas, y sus murales y esculturas se encuentran en espacios públicos y privados a nivel nacional e internacional.

El Huerto del Cura, un jardín con historia

El Jardín Huerto del Cura, con más de 12.000 metros cuadrados y cerca de un millar de palmeras de diversas especies, es uno de los espacios más emblemáticos de Elche. Su historia se remonta a 1876, cuando el labrador Andrés Castaño adquirió una parcela del huerto donde residía. Tras su fallecimiento, la propiedad pasó a manos de su hijo, el capellán José Castaño Sánchez, lo que hizo que el lugar comenzara a ser conocido como el Huerto del Capellán Castaño, nombre que con el tiempo derivó en su actual denominación oficial.

Con esta nueva escultura, el Huerto del Cura reafirma su compromiso con el arte y la cultura, ofreciendo a sus visitantes una experiencia enriquecida por la fusión de naturaleza y expresión artística.