La ciudad de Elche ha vivido en las últimas semanas un intenso debate en torno a la consulta realizada en los centros educativos para determinar el idioma de enseñanza predominante: castellano o valenciano. Con una amplia participación de las familias, la votación ha reflejado la diversidad de opiniones en un municipio donde ambas lenguas coexisten en la vida cotidiana y académica.
Resultados y su impacto
Tras el recuento de los votos, la opción del castellano ha resultado mayoritaria con un 59,75% de los votos, mientras que el valenciano ha obtenido un 40,25%. Este resultado conllevará ajustes en la oferta educativa para adaptarse a las preferencias expresadas por las familias, afectando a la distribución de grupos en las diferentes etapas escolares.
Los centros educativos, en respuesta a la votación, comenzarán a reestructurar sus programas lingüísticos para el próximo curso. Se espera que esta transición se realice de forma progresiva, asegurando que los estudiantes puedan continuar con su formación sin interrupciones significativas. En algunos colegios, como el CEIP El Pla y el Clara Campoamor, se implementarán más grupos en castellano, mientras que en otros, como el Mariano Benlliure y el León Felipe, se reforzará la enseñanza en valenciano. En secundaria, institutos como el IES Vicente Verdú ampliarán sus clases en valenciano, mientras que el IES Carrús equilibrará la oferta entre ambos idiomas.
Opiniones divididas en la comunidad educativa
Las reacciones a la consulta han sido diversas. Algunos padres han celebrado la posibilidad de elegir la lengua en la que sus hijos recibirán enseñanza, destacando la importancia del castellano como idioma de alcance internacional. Argumentan que el dominio del español abre más oportunidades a nivel laboral y académico en el futuro. En contraste, parte del profesorado y sectores educativos han manifestado su preocupación sobre el impacto que esta medida pueda tener en la preservación y aprendizaje del valenciano entre las nuevas generaciones. Consideran que la reducción del valenciano en las aulas puede debilitar su presencia en la sociedad y afectar la riqueza lingüística de la comunidad.
Asunción Martínez, madre de un estudiante de primaria, explica: «Siempre he querido que mi hijo estudie en castellano porque creo que es más útil para su futuro. No estoy en contra del valenciano, pero quiero que la educación le abra puertas en toda España y en el extranjero.»
Por su parte, los estudiantes han mostrado opiniones variadas, reflejando tanto la comodidad con el idioma predominante en sus hogares como la voluntad de aprender ambas lenguas con fluidez. La juventud ilicitana, habituada a convivir con el bilingüismo, encara ahora una nueva etapa educativa con posibles cambios en su entorno académico. Algunos alumnos consideran que poder estudiar en su lengua materna les facilitará el aprendizaje, mientras que otros creen que la inmersión en valenciano les ha permitido desarrollar competencias lingüísticas que de otro modo no habrían adquirido.
Miguel Gómez, estudiante de secundaria en Elche, comenta: «A mí no me importa estudiar en valenciano o en castellano, pero creo que debería haber una opción para todos. Algunos compañeros lo pasan mal cuando no estudian en su lengua materna.»
Juan Pérez, exprofesor de valenciano en un instituto de Elche, señala: «El valenciano no es solo una lengua, es parte de nuestra identidad y nuestra cultura. Reducir su presencia en la educación puede hacer que se pierda con el tiempo. No podemos permitir que eso pase.»
Un debate que continúa
Más allá de los resultados, la consulta ha evidenciado la sensibilidad que rodea la enseñanza de las lenguas en la Comunidad Valenciana. Mientras algunos consideran que la votación ha sido un ejercicio democrático que refuerza la libertad de elección, otros creen que la decisión sobre la lengua vehicular debería estar en manos de los expertos en educación. Sindicatos y asociaciones han expresado su desacuerdo con el método de consulta, alegando que la educación bilingüe debe ser impulsada por criterios pedagógicos más que por decisiones de los padres.
Además, la implementación de estos cambios ha despertado inquietudes sobre cómo afectará al futuro de la educación en Elche. Las autoridades educativas han asegurado que se garantizará el aprendizaje del valenciano dentro del currículo obligatorio, independientemente del modelo lingüístico elegido por cada centro. Sin embargo, queda por ver cómo evolucionará la situación en los próximos años y si los ajustes en la enseñanza tendrán un impacto en el nivel de competencia de los alumnos en ambas lenguas.
Con la implementación de los cambios en marcha, la comunidad educativa de Elche se prepara para un proceso de adaptación que requerirá diálogo, consenso y medidas que garanticen el aprendizaje equitativo de ambas lenguas oficiales en la región. El debate sigue abierto y la evolución de este nuevo modelo será clave para determinar el futuro del bilingüismo en la ciudad.