HISTORIA

Elche: De los Hospitales Medievales a la Sanidad del Siglo XXI

La evolución de los centros de salud en la ciudad ilicitana, desde la caridad medieval hasta la gestión público-privada moderna, refleja el avance social y sanitario de la villa a lo largo de los siglos.
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Iván Hurtado
26 de abril de 2025 - 02:54

La historia de los hospitales en Elche no se limita a la construcción de grandes edificios ni a los avances tecnológicos de hoy. La sanidad en la ciudad tiene raíces profundas, que se hunden en la Edad Media, cuando la enfermedad y la pobreza eran tratadas, principalmente, desde la caridad y la protección divina. Elche, como muchas otras ciudades de Europa, vivió una transición de la sanidad religiosa a un sistema más estructurado, guiado por la ciencia y la modernidad.

En el siglo XIV, cuando el Reino de Valencia se encontraba consolidándose bajo la corona de Aragón, los hospitales en Elche eran más bien lugares de refugio para los enfermos y los pobres. La asistencia sanitaria no era más que un acto de misericordia religiosa. No se trataba de centros médicos como los entendemos hoy, sino de espacios donde los enfermos recibían cuidados básicos, generalmente proporcionados por órdenes religiosas. Era la Iglesia quien se encargaba de proveer lo esencial, como alimentos, camas y, en algunos casos, atención espiritual. Las condiciones de estos hospitales eran precarias, con estructuras rudimentarias y una organización casi inexistente en términos médicos.

Los primeros registros documentales de hospitales en Elche datan de 1380, cuando se menciona la existencia de un hospital que, aunque modesto en recursos y propósitos, era un reflejo de la mentalidad de la época: el cuidado de los enfermos era una cuestión vinculada más a la fe que al conocimiento científico. Este hospital se encontraba en un emplazamiento cercano a la ermita de San Sebastián, un punto geográfico que fue clave en la evolución del sistema sanitario de la villa. Con el paso de los años, este hospital fue ampliado, adaptado y trasladado en varias ocasiones, como sucedió en 1564, cuando la creciente preocupación por la insalubridad urbana llevó a su reubicación a un espacio más amplio fuera de los límites de la ciudad.

A medida que el Renacimiento comenzó a abrir nuevas puertas al conocimiento, los hospitales de Elche empezaron a incorporar algunas de las ideas que emergían en Europa. En ese contexto, surgieron los primeros intentos de hacer de los hospitales lugares más higiénicos y mejor organizados. El Hospital de la Corredora, fundado en 1514, es un claro ejemplo de esta transición. Este hospital, que se construyó fuera del casco urbano, en una zona extramuros, siguió el modelo de planta cruciforme inspirado en los grandes hospitales renacentistas como el Ospedale Maggiore de Milán, diseñado por Filarete. Este diseño permitía una mejor circulación del aire, lo que reducía los riesgos de enfermedades contagiosas. La estructura misma del hospital pasaba de ser una edificación improvisada a un espacio concebido para la salud, adaptándose a los avances en la higiene y las necesidades de la población.

Sin embargo, el cambio no fue inmediato. La conciencia de las condiciones de salud pública fue lenta, y Elche, como otras ciudades, no fue ajena a los problemas de salubridad que afectaban a los hospitales medievales. Los avances fueron graduales, pero el paso del tiempo y las exigencias sociales fueron forjando un camino hacia lo que hoy entendemos como un sistema sanitario moderno.

El siglo XIX, en particular, fue testigo de una mayor profesionalización de la medicina y de un sistema sanitario que comenzó a organizarse con más rigor. Fue entonces cuando, en 1841, el hospital de la Corredora fue trasladado al convento de San José, un paso hacia la consolidación de un espacio hospitalario más grande y moderno, aunque sin los avances que vendrían más tarde.

El siglo XX supuso un salto cualitativo, sobre todo después de la creación del Hospital General Universitario de Elche en 1976, que marcó un antes y un después en la sanidad ilicitana. Este hospital, con una infraestructura moderna y avanzada, permitió que Elche se dotara de un servicio sanitario público de alta calidad, capaz de atender a una población en crecimiento. De este modo, Elche se unió a la ola de modernización de los sistemas de salud en España.

En 2010, la ciudad dio un paso más con la inauguración del Hospital del Vinalopó, un centro de gestión público-privada que, desde su creación, ha generado tanto críticas como apoyos. Mientras algunos sectores lo consideran una forma eficiente de optimizar recursos y servicios, otros lo ven como un riesgo para la igualdad y la accesibilidad en la atención sanitaria.

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