Los ventanales de la Torre de la Calahorra ya vuelven a lucir, como merece una construcción que data del siglo XIII y forma parte del patrimonio histórico ilicitano. Los trabajos de restauración de las celosías de los ventanales neonazaríes de madera, que dan a la Plaza de Santa Isabel, se encontraban en mal estado de conservación, e incluso algunas de ellas habían perdido durante los últimos meses los característicos listones que las componen.
La intervención de restauración, bajo la supervisión de la restauradora municipal, Gemma Mira; realizada por los operarios municipales de carpintería y pintura ha consistido principalmente en reponer estos listones, sanear las zonas afectadas por la humedad y aplicar una protección que les ha devuelto su color original. Además, se ha recuperado el antiguo sistema abatible que permite colocar las ventanas a modo de toldo, algo que proporciona una mayor luminosidad a la sala neonazarí y a la cámara de la Calahorra.