TRADICIÓN

Antonio Andreu cumple el ritual de la ‘Trencà del Guió’ y rompe el mástil ante una Plaça de Baix llena de emoción

El histórico acto, símbolo de buena suerte para Elche, se vivió con intensidad, silencio y tradición bajo la atenta mirada de miles de personas
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Iván Hurtado
19 de abril de 2025 - 05:54

A las 23:33 de la noche, la Plaça de Baix contenía la respiración. Todo estaba en su sitio: el silencio absoluto, las luces apagadas, las emociones a flor de piel. Y en el centro de todo, Antonio Andreu, cofrade ilicitano del Cristo de Zalamea, sostenía entre sus manos el mástil de tres metros del guión negro. Con un golpe firme y cargado de simbolismo, lo rompió. Y en ese preciso instante, Elche respiró. La Trencà del Guió se había cumplido, y con ella, el presagio: un año de buena suerte para el pueblo.

La escena era pura emoción: desde la Corredora hasta el corazón de la Plaça de Baix, todo estaba apagado salvo la tenue iluminación de algunos bares y comercios. En ese ambiente sobrecogedor, las Damas portadoras del guión, Gemma María Sevilla Martínez y Elisa Isabel Molina Ferrández, aparecieron desde el arco del Ayuntamiento. Con paso lento y mirada fija, caminaron entre la multitud para entregar el guión al trencaor, completando una coreografía ancestral que se repite cada año… y que nunca deja de poner la piel de gallina.

Pero este acto no es algo nuevo. De hecho, sus raíces van muy atrás. En 1785 ya hay documentos que hablan de esta tradición, aunque en aquel entonces eran los nobles quienes encabezaban el cortejo. En 1864 aparece por primera vez el nombre de “Trencà del Guió” y, tras varias tensiones entre la nobleza y las cofradías, el acto pasó a estar organizado de forma conjunta entre el Ayuntamiento y la Cofradía, como sigue ocurriendo hoy en día.

Aunque antes se celebraba en la Plaza de la Merced, hace décadas que la Plaça de Baix se ha convertido en su escenario principal. Allí, año tras año, se reúne un pueblo entero para compartir esta mezcla de fe, historia y emoción colectiva. Incluso la frase “d’aquí es trenca el guió” ha saltado del acto litúrgico a las conversaciones del día a día: una forma muy ilicitana de decir adiós cuando los caminos se separan.

La Trencà del Guió no es solo romper un mástil. Es romper el silencio, es unir generaciones, es mantener vivo un gesto que define a Elche. Esta noche, como cada año, todo el pueblo se volvió uno para vivirlo. Y Antonio Andreu fue el protagonista de ese momento que, aunque dure solo unos segundos, queda grabado para siempre.

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