OPINIÓN

¿Carrús también existe?

02 de marzo de 2024 - 08:41
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Con el inicio de todo proceso electoral, de manera recurrente, los partidos políticos se ufanan en vender los futuros proyectos que acometerán si resultan elegidos. En el caso de nuestra ciudad, el barrio de Carrús, después de décadas de abandono, parece que empieza a despertar un mínimo interés en la clase política. Acudiendo al ámbito legislativo que debe servir de guía a las actuaciones urbanísticas promovidas desde el consistorio y cuyo texto literal interesa mostrar en este artículo, ‘Decreto Legislativo 1/2021, de 18 de junio, del Consell de aprobación del texto refundido de la Ley de ordenación del territorio, urbanismo y paisaje’. Artículo 3. Concepto de desarrollo territorial y urbanístico sostenible.

El desarrollo territorial y urbanístico sostenible es lo que garantiza la ordenación equilibrada del territorio, para distribuir de manera armónica las actividades residenciales y productivas de la población, así como los servicios y equipamientos, con los criterios de garantizar la salud y la calidad de vida de las personas, facilitando el acceso a una vivienda digna y de coste asequible, la prevención de riesgos, la conservación de los recursos naturales y la preservación de la flora y fauna natural y del paisaje. Para ello se satisfarán las demandas adecuadas y suficientes de suelo, de manera compatible con los anteriores objetivos, orientándolas de manera que se potencien asentamientos compactos, se minimice la ocupación de nuevos suelos, y se dé preferencia a la rehabilitación de edificios, la mejora de los espacios públicos urbanos y el reciclado de espacios ya urbanizados.

Carrús es el barrio o distrito más poblado de la ciudad con cerca de 70.000 habitantes y el más olvidado desde siempre por la administración local, con una carencia de dotaciones públicas en proporción a la población enorme.  Centrándonos en la zona de Carrús Este (entre las calles Clara Campoamor- Victoria Kent, Avda. de la Libertad y Avda. de Novelda), de las 132 manzanas que componen el Barrio, sólo 3 son espacios libres. (La Pza. del 1 de Mayo, el solar de Jayton, Pza. Barcelona) incumpliendo el más mínimo de los estándares de dotación pública y zonas verdes. Por tanto, debería ocupar gran parte de los esfuerzos del consistorio, tratando el problema globalmente en lugar de centrar el debate en temas puntuales de una trascendencia para el ciudadano mínima. Hacer un eje o calle peatonal es una broma de mal gusto frente al problema global.

Es la mayor bolsa de suelo urbano del municipio susceptible de actuación, cercano al centro histórico y con un potencial a nivel poblacional y urbanístico espectacular, que debe resolver varios problemas. La trama urbana, de gran densidad, no sigue un trazado de calles regular siendo confusa y poco apetecible para transitar por ella. El barrio está inmerso en un círculo vicioso donde la edad del parque edificado ronda los 50/60 años, con edificios obsoletos, de muy baja calidad constructiva y en gran porcentaje sin ascensor. El problema de la accesibilidad no es baladí ya que, aparte de la problemática evidente para las personas mayores muchas de las cuales ni siquiera pueden bajar a la calle, desincentiva que la gente joven se quede en el barrio y por ende devalúa el valor inmobiliario del mismo.

Si a esto añadimos problemas serios en la conservación de los edificios y carencia de aislamiento en su envolvente térmica, convirtiendo a estos edificios en auténticos “depredadores energéticos”, tenemos el cóctel perfecto para el abandono del barrio por parte de la siguiente generación. Una herramienta clave para romper ese círculo vicioso, concienciando a los propietarios sobre la necesidad de conservar en buen estado sus viviendas, es la implantación decidida del IEECV (Informe de Evaluación del Edificio) obligatorio a partir de los 50 años, pero el Ayuntamiento no se decide a redactar una Ordenanza que obligue a los propietarios a realizarlo. Aunque ya hay una clara apuesta por la Rehabilitación de barrios (Fondos EDUSI, Next Generation) en Elche sólo contamos con la actuación en Porfirio Pascual apenas es un 1% del barrio de Carrús, pero si sirve para marcar una tendencia será positivo.

Desde el ámbito público también se deben impulsar mejoras en la calidad ambiental y paisajística del barrio. Actualmente la mayoría de aparcamiento está en vía pública y es gratuito siendo muy difícil cambiar esa dinámica en ciudadanos de rentas bajas. La inexistencia de parkings privados subterráneos es casi total. Los aparcamientos perimetrales (Propuesta Carrús frente al río) en superficie, en general alejados del núcleo del barrio, no resuelven el problema porque los vecinos no están dispuestos a andar grandes distancias hasta sus coches. La solución “Jayton” mejorada y “verde” sería una propuesta funcional y operativa. Habría que esponjar de forma decidida el barrio vaciando algunas manzanas estratégicas repartidas de forma homogénea y consiguiendo que la distancia al aparcamiento se reduzca notablemente.

Para no desplazar a los vecinos a otras zonas, la edificabilidad eliminada se tendría que relocalizar y concentrar en edificios de mucha mayor altura en la misma manzana, con magníficas vistas a la ciudad y al palmeral, edificios incluso icónicos que generen puntos de referencia claros dentro del barrio. Lo que se está haciendo en San Antón pero a gran escala. El político debe ser muy atrevido y pensar a largo plazo, ¡pero merece la pena! Esta solución permitiría adecentar la imagen de muchas calles al liberarlas de la presencia de coches aparcados indiscriminadamente, integrando el carril bici, incluso peatonalizándolas para favorecer el comercio de proximidad, y generaría, con un buen diseño de parkings, polos de atracción comercial.

La existencia de estos aparcamientos centralizados tiene múltiples beneficios en cuanto a movilidad urbana. Agiliza el tiempo de búsqueda de una plaza libre para aparcar, optimizando su uso con mayor rotación y disponibilidad. Reduce el tráfico y la contaminación vinculada y estimula el comercio de proximidad por la facilidad de acceso. Desde el ámbito privado hay que atraer al promotor privado rehabilitador (Alicante ha apostado decididamente por esta idea) sería una buena oportunidad para la rehabilitación y revalorización de la edificación de baja calidad actual por otra adaptada a nuestros tiempos. Los promotores apostarían por esa renovación del barrio sin duda alguna. En definitiva, es una oportunidad única para convertir el barrio en un referente de rehabilitación urbana.