Un yacimiento clave para entender la historia de la región en la Alta Edad Media, que refleja la evolución histórica y cultural de Elche.
El Castellar de la Morena es uno de los yacimientos arqueológicos más significativos de Elche, ofreciendo una valiosa oportunidad para explorar la compleja historia de la región durante la Alta Edad Media. Este importante enclave, situado en un cerro estratégico, nos proporciona una visión profunda sobre las transformaciones políticas, sociales y culturales que marcaron la evolución de la comarca del Bajo Vinalopó en épocas medievales.
El origen del Castellar se sitúa entre los siglos IX y X, en un contexto histórico en el que la península ibérica estaba en proceso de transición entre el dominio romano y la expansión islámica. La estructura defensiva principal del asentamiento es una muralla construida con mampostería regular y trabada con mortero de cal y arena, adaptándose a las características del terreno para asegurar la protección de sus habitantes. Con una altura aproximada de un metro y un ancho de alrededor de 1.5 metros, esta muralla refleja una intención estratégica de defensa, cuidando cada detalle para responder a las necesidades del momento.
Dentro del recinto amurallado, destaca el Edificio I, conocido como Castillete o Fortín. Este edificio, adosado directamente a la muralla, presenta una función jerárquica clave en la organización del asentamiento. La disposición de sus estancias y su proximidad a las murallas sugiere que desempeñó una función tanto administrativa como defensiva, posiblemente como parte central de una qasbah o alcazaba. La cercanía de este edificio a la muralla refuerza su papel como núcleo central de control y gestión del espacio, lo que lo convierte en un elemento crucial para entender la estructura interna del Castellar.
Los hallazgos arqueológicos también revelan que el Castellar sufrió diversas modificaciones a lo largo de su existencia. En la primera mitad del siglo XI, tras un período de abandono progresivo, se realizaron remodelaciones para ajustar los espacios interiores, reduciendo su tamaño útil y adaptando sus vanos, posiblemente como resultado de la pérdida de relevancia militar y el cambio en su función hacia una naturaleza más administrativa o ceremonial.
Este importante yacimiento no solo refleja la interacción entre diferentes culturas, como la islámica y la cristiana, sino que también nos ayuda a comprender la complejidad social y política de las comunidades medievales en esta región. El Castellar de la Morena es, por lo tanto, un testimonio excepcional de las dinámicas históricas que marcaron la evolución del Bajo Vinalopó, y su estudio sigue arrojando nueva luz sobre los procesos de ocupación, adaptación y transformación que modelaron la sociedad medieval en el antiguo Reino de Valencia.