Después de casi veinte años de espera, este martes han comenzado oficialmente las obras de rehabilitación del Mercado Central de Elche con la instalación del vallado perimetral del edificio. La intervención arranca dos semanas después de la firma del acta de replanteo, un retraso deliberado para no perjudicar la actividad comercial y hostelera durante la Semana Santa.

El alcalde de Elche, Pablo Ruz, ha destacado la importancia de esta actuación: “En las próximas semanas veremos cómo evolucionan las obras y esto nos dará cuenta de lo necesaria que era esta intervención y del volumen de trabajo que implica”. Según ha detallado, esta misma semana comenzarán los trabajos internos y, próximamente, se desmantelará la fachada oeste para completar las catas arqueológicas.

Los elementos interiores de la planta superior del mercado serán desalojados en los próximos días. Muchos de estos objetos serán trasladados al Museo de Puçol por su valor patrimonial, tal y como ha señalado el alcalde.

La rehabilitación no se limita al edificio, sino que también contempla la reurbanización del entorno con el objetivo de integrar el mercado en la red de calles y plazas del centro histórico. Esta actuación incluirá además la puesta en valor de los restos arqueológicos de los baños árabes y los refugios de la Guerra Civil.

El proyecto fue adjudicado en el Consejo de Administración de PIMESA el pasado mes de febrero por un valor de 8,8 millones de euros. El plazo de ejecución es de 15 meses y se ha diseñado para minimizar el impacto en la actividad de los negocios hosteleros cercanos.

La superficie total a rehabilitar es de 1.330 metros cuadrados, de los cuales más de 1.200 corresponden a la planta baja. Se eliminará el forjado intermedio para igualar la cota con el espacio público, se repondrá la cubierta manteniendo la volumetría y se conservarán tanto las alturas como el lucernario original. En total, la actuación afectará a cerca de 3.500 metros cuadrados entre el mercado y su zona exterior.

El diseño busca potenciar un concepto de edificio abierto, donde el pavimento y la disposición espacial diluyan la frontera entre interior y exterior. Se plantarán árboles y se instalará nueva iluminación para mejorar la experiencia urbana.

El nuevo Mercado Central albergará 24 puestos tradicionales de 15 metros cuadrados cada uno, además de zonas de restauración ubicadas en los extremos del edificio. Los puestos situados en los pasillos exteriores tendrán salida directa a las calles colindantes y podrán ofrecer productos elaborados directamente a los clientes para su consumo in situ.

La transformación del Mercado Central de Elche marca el inicio de una nueva etapa para uno de los espacios más emblemáticos del corazón histórico de la ciudad.