Elche se asfixia. El termómetro supera los 40 grados y las calles se convierten en auténticos pasillos de fuego. No es un verano cualquiera: la ola de calor que golpea la ciudad ilicitana obliga a vecinos y visitantes a cambiar rutinas, buscar refugios frescos y, sobre todo, cuidarse más que nunca.
Los expertos insisten: prevenir es salvarse. No se trata solo de abanicar el sofoco o beber agua de tanto en tanto, sino de seguir una serie de consejos que, aunque parecen de sentido común, pueden marcar la diferencia entre un día incómodo y una urgencia médica.
Entre las recomendaciones básicas, la primera es evitar salir en las horas centrales del día. Pasear por la Plaça de Baix a las cuatro de la tarde puede ser un acto de valentía innecesaria. Si hay que hacerlo, mejor buscar siempre la sombra, cubrirse la cabeza con sombreros o gorras y usar gafas de sol que protejan de la radiación.
La ropa ligera y transpirable es otra aliada. Nada de tejidos pesados ni oscuros que atrapan el calor. El algodón y los tonos claros ayudan a mantener la temperatura corporal más estable.
La hidratación constante es, quizá, el consejo más repetido, pero nunca suficiente. No basta con esperar a tener sed: hay que beber agua cada poco tiempo. Además, en días de calor extremo como estos, los electrolitos se convierten en imprescindibles para reponer las sales que el cuerpo pierde a chorros de sudor.
En casa, conviene bajar persianas y cerrar ventanas durante las horas de más calor para impedir que el aire caliente se cuele en el interior. Al caer la tarde, cuando refresca, se recomienda ventilar para renovar el ambiente. Y un detalle importante: nada de usar ventiladores si la temperatura interior supera los 35 grados, porque lejos de ayudar, pueden hacer que el calor se acumule en el cuerpo.
El Ayuntamiento, junto a Cruz Roja y colectivos como Conciénciate, recuerda la importancia de cuidar de los más vulnerables: personas mayores, enfermos crónicos o quienes viven solos. Llamar a ese vecino de edad avanzada para comprobar cómo está puede ser más valioso que cualquier aire acondicionado.
Además, en Elche hay que añadir un factor propio: el riesgo de incendios. Las pinadas y zonas de monte en el entorno del Parque Natural del Hondo o en las partidas rurales están en alerta máxima. Se pide extremar las precauciones y evitar cualquier actividad que pueda generar chispas o fuego, desde barbacoas hasta colillas mal apagadas.
Por último, no olvidemos a las mascotas. Los animales también sufren el calor. No se deben sacar a pasear en las horas de mayor radiación, hay que ofrecerles agua fresca en todo momento y nunca dejarlos dentro de un coche cerrado, aunque sea por pocos minutos.
En definitiva, la receta para sobrevivir a la ola de calor que atenaza Elche es clara: hidratarse, protegerse, descansar en la sombra y ser solidarios. Porque cuando el termómetro roza el infierno, el sentido común es nuestro mejor salvavidas.