La perjudicada recibió una supuesta llamada del obispado en la que referían una deuda de 2.500 euros y desde dicho obispado amenazaban con una sanción de 50.000 euros si no era devuelta rápidamente.
Ante la amenaza, creíble por la víctima, de ser sancionada por el propio Obispado, realizó una transferencia de la supuesta deuda al número de cuenta bancaria que el autoproclamado obispo solicitaba.
Posteriormente comprobó que la llamada era fraudulenta, la víctima también se cercioró que no existía ninguna deuda con el obispado e igualmente al realizar llamada a éste último, confirmaron que no se actuaba de esa manera desde la diócesis, habiendo sido todo un engaño.
La denuncia sobre los hechos narrados llegó a los Policías Nacionales afectos al Grupo de Delitos Patrimoniales de la Comisaría de Elche e iniciaron las pesquisas oportunas y el seguimiento de los 2.500 euros transferidos.
Las pruebas indiciarias les llevaron hasta dos personas, un varón y una mujer, de 31 y 21 años de edad respectivamente y de nacionalidad española, los cuales resultaron detenidos. Los indicios apuntaban a que ambos actuarían como “MULAS”. En el argot se refiere a los encargados de abrir cuentas bancarias para ingresar el dinero estafado y luego transferirlo a un tercero, el artífice principal del engaño, quedándose previamente parte de las ganancias.
Esta tercera persona que actúa a través de las citadas mulas con el fin de dificultar la investigación ya ha sido identificada y no se descarta su pronta detención. Es de destacar que le constan antecedentes por estafas en las que usó exactamente el mismo modus operandi en el que también se hacía pasar por obispo.