El Ayuntamiento de Elche ha confirmado que abordará la demolición del bloque 8 del barrio de San Antón a través del mecanismo del ARU (Área de Renovación Urbana), descartando expresamente el uso de subvenciones directas a los propietarios. La decisión responde a la voluntad de ofrecer la máxima seguridad jurídica, evitar perjuicios fiscales a las familias afectadas y continuar la regeneración del barrio bajo un modelo que ha demostrado ser eficaz en fases anteriores.
El bloque 8, que presenta importantes deficiencias estructurales, será derribado para dar paso a nueva vivienda pública en una operación que permitirá a los actuales propietarios ceder su antigua vivienda y adquirir una nueva, ya construida o en proceso de licitación. Esta fórmula se alinea con el modelo ARU aplicado desde hace años en San Antón y gestionado por Pimesa, la empresa municipal de suelo y vivienda.
La experiencia adquirida con el nuevo bloque 1 fue determinante para definir el camino actual. En aquel momento, las ayudas se otorgaron como subvenciones directas a los vecinos, lo que provocó graves problemas fiscales y administrativos. Al ser consideradas rendimientos económicos, muchos propietarios —principalmente pensionistas, personas con rentas bajas o beneficiarios del ingreso mínimo vital— se vieron obligados a tributar por ellas, con el consiguiente riesgo de perder ayudas sociales o ver afectada su economía personal.
Aquella situación provocó una fuerte alarma entre los afectados y obligó a rediseñar el sistema. La solución llegó cuando se decidió canalizar las ayudas directamente a través de Pimesa, evitando que los propietarios tuvieran que declarar esas cantidades. Este cambio de modelo permitió corregir los errores del bloque 1 y sentó las bases para las fases posteriores.
Desde entonces, el mismo procedimiento se ha seguido en los bloques 11, 12, 13 y 14, y más recientemente en el bloque 6, actualmente en desarrollo. La fórmula garantiza una operativa ágil, segura y socialmente más justa, y ha sido reconocida como ejemplo de buena gestión en procesos de regeneración urbana.
Con el bloque 8, el Ayuntamiento aplicará exactamente el mismo modelo. Los vecinos que ya residen en las nuevas viviendas venderán su antigua propiedad al Ayuntamiento, liberando así el suelo donde se encontraba el bloque original. Aquellos que aún no han sido realojados podrán acceder a las viviendas que están a punto de licitarse.
En concreto, se prevé la licitación en las próximas semanas de 45 nuevas viviendas, lo que permitirá cubrir las necesidades habitacionales generadas por esta nueva fase del proyecto. Estas viviendas se incorporarán al parque público de vivienda gestionado por Pimesa, destinado exclusivamente a los vecinos afectados por el proceso de demolición y renovación.
Así se lo trasladó el equipo de gobierno a los vecinos en la reunión celebrada el pasado martes, un encuentro que los asistentes calificaron como muy positivo, ya que permitió resolver muchas de las dudas acumuladas durante las últimas semanas y aclarar el camino a seguir.
Futuras fases, condicionadas por el nuevo Plan Estatal de Vivienda
El avance del resto del plan, más allá del bloque 8, está supeditado a la aprobación del nuevo Plan Estatal de Vivienda. Desde la Asociación de Vecinos de San Antón quiere vivir, se muestra preocupación ante el clima de incertidumbre que se ha generado tras la reunión celebrada hoy entre el Gobierno y los presidentes autonómicos. Todo indica que la aprobación del plan no será inminente, lo que podría demorar la puesta en marcha de futuras fases.
A pesar de ello, el Ayuntamiento mantiene su compromiso con la transformación integral del barrio de San Antón, uno de los proyectos de regeneración urbana más ambiciosos de la España. A lo largo de la última década, centenares de familias han mejorado de forma sustancial sus condiciones de vida gracias a una estrategia de planificación urbana que combina vivienda digna, seguridad jurídica y gestión pública eficiente.
La demolición del bloque 8 marca un nuevo paso en este proceso de largo recorrido. En San Antón, los vecinos están demostrando que la lucha colectiva sí trasforma realidades. Y que a veces, trasformar un barrio…es el primer paso para transformar una ciudad en una gran ciudad.