Escribo este artículo desde Elche, recién llegado del Cap i Casal de vivir acontecimientos extraordinarios en las Cortes Valencianas. Hemos vivido dos días intensos esta semana con un Pleno que pasará a la historia del autogobierno valenciano como uno de los capítulos más tristes, bochornosos y oscuros que se recuerde. En la memoria de las nobles paredes del Palacio de Benicarló quedará para siempre escrito, y en el diario de sesiones quedará negro sobre blanco, la infamia perpetrada por la derecha valenciana. Cinco proposiciones de ley, una detrás de otra, un debate rápido, nervios, mucha excitación y debates que avergüenzan al común de los mortales.

Hace no mucho escribí que Mazón dejaba de ser el president de todos los valencianos, ahora me temo que el molt honorable está cada vez más cerca de salirse de la institucionalidad y poner en peligro valores arraigados en la sociedad española como la tolerancia, el respeto y la convivencia.

Blanquean el franquismo, toman la radiotelevisión pública, asaltan los resortes que penalizan la corrupción, acaban con la transparencia e imponen un régimen de lengua única eliminando el valenciano de las escuelas. Ese es el resumen de estas cinco normas, leyes infames que el Partido Socialista atacará con todos los mecanismos democráticos a nuestra mano para impedir que Mazón y sus socios de la ultraderecha se salgan con la suya.

Pese a lo vivido en el Pleno de Les Corts de esta semana, me vengo satisfecho de la capital del Turia; satisfecho y orgulloso al comprobar que mi Partido está muy vivo, volviendo a recuperar el pulso para poner en aprietos al peor Consell que se recuerda en la historia. El Grupo Parlamentario de 31 diputados/as Socialistas, hemos defendido en esta sesión plenaria con pasión, orgullo y determinación la libertad, la democracia y la memoria.

Vienen tiempos difíciles, la peor derecha junto a la ultraderecha están furiosos, no reconocen que la ciudadanía les paró los pies el pasado 23 de julio impidiéndoles a través de los votos llegar al Palacio de la Moncloa; no reconocen la legitimidad del Gobierno de Pedro Sánchez y harán lo posible y lo imposible para que caiga, de eso ya son expertos, ya lo dijo hace años un alto dirigente del Partido Popular cuando gobernaba Zapatero: “Que caiga España que vendrá el PP a levantarla”

Y en Elche tras la dimisión del concejal Navarro, el alcalde Pablo Ruz sigue buscando culpables y señalando al Partido Socialista de lo acontecido. Creo que Ruz debería buscar los culpables ad intra y por una vez reconocer que el verdadero problema lo tiene en su propia estructura interna de poder.