El Museo de Arte Contemporáneo de Elche no puede entenderse sin la huella indeleble del Grup d’Elx, un colectivo de artistas que, entre 1966 y 1975, impulsó la renovación estética y cultural de la ciudad en un contexto marcado por la falta de espacios para la experimentación y la reflexión artística. Desde sus inicios, el grupo no solo defendió la importancia de un arte comprometido con la realidad social y política, sino que también promovió la creación de un museo que diera cabida a las nuevas corrientes plásticas.
El fenómeno de los colectivos artísticos tuvo un desarrollo desigual en España, condicionado por la Guerra Civil y la posterior represión cultural. Durante la dictadura, el aislamiento internacional dificultó la llegada de nuevas influencias, pero en la década de 1950 comenzó a vislumbrarse una mayor permeabilidad en la vida cultural. En ese contexto, surgieron agrupaciones de artistas que no solo buscaban renovar la estética imperante, sino que también entendían el arte como una herramienta de transformación social. Mientras en Valencia destacaban el Grupo Parpalló, Equipo Crónica o Crónica de la Realidad, en Elche, una ciudad en pleno desarrollo industrial, el Grup d’Elx asumió el reto de crear un espacio de vanguardia conectado con las preocupaciones de su tiempo.
Desde su fundación, el colectivo estuvo formado por un núcleo de artistas ilicitanos que compartían la necesidad de generar un discurso visual vinculado a su entorno. Sus primeras exposiciones mostraron una clara intención de romper con los lenguajes tradicionales y abordar la realidad desde una perspectiva crítica. En 1969, el grupo dio un paso decisivo al plantear la creación de un Museo Ilicitano de Arte Actual, una propuesta que, en un principio, estaba enfocada en los artistas locales, pero que pronto amplió su alcance a creadores de otras ciudades.
El proyecto de museo no surgió como una simple iniciativa expositiva, sino como una reivindicación de la necesidad de dotar a Elche de un espacio para el arte contemporáneo, en un momento en el que la modernidad artística encontraba escasos cauces institucionales. La idea fue bien acogida por el Ayuntamiento, lo que permitió sentar las bases para la futura consolidación del actual Museo de Arte Contemporáneo de Elche.
El compromiso del Grup d’Elx no se limitó a la promoción de un museo. Durante sus años de actividad, la agrupación organizó los Encuentros de Arte, unas jornadas de debate en las que participaron algunos de los artistas y críticos más influyentes del momento. Estos encuentros situaron a Elche en el centro del debate artístico nacional y reflejaron la voluntad del grupo de conectar su labor con los grandes temas de la cultura contemporánea.
El primer Encuentro Artístico de Elche se celebró en 1970 y reunió a destacados creadores que reflexionaron sobre la relación entre el arte y la sociedad tecnológica. Tres años después, un segundo encuentro profundizó en la función del arte en la sociedad contemporánea, consolidando a la ciudad como un punto de referencia en la escena artística de la época.
La desaparición del Grup d’Elx en 1975 no supuso el fin de su legado. Su labor allanó el camino para la consolidación del arte contemporáneo en la ciudad y dejó una huella imborrable en la memoria cultural de Elche. La creación del Museo de Arte Contemporáneo no fue solo la culminación de su esfuerzo, sino también la prueba de que el arte tiene la capacidad de transformar su entorno y de generar espacios de libertad en los momentos más adversos.