El Parque Municipal de Elche es más que un espacio de disfrute y solaz; es un auténtico pulmón vegetal en pleno centro de la ciudad, siendo una parte integral de la vida cotidiana de los ilicitanos. Este parque de seis hectáreas alberga los históricos huertos del Colomer, Real, Mare de Déu y Baix, que forman un mosaico verde y cultural.

La mayor parte de su superficie fue legada en 1661 por Nicolás Caro a la patrona de la ciudad, la Virgen de la Asunción, estableciendo un vínculo testamentario que ha perdurado a lo largo de los siglos. Desde su creación en 1946, el Ayuntamiento de Elche se ha encargado de su conservación y mantenimiento, siendo el primer jardín público de la ciudad.

Entre los elementos más destacados del parque se encuentra el Molí del Real, un molino del siglo XVIII que aún conserva sus característicos arcos y contrafuertes en la fachada al río Vinalopó. El Centro de Visitantes, conocido popularmente como «el huevo» por sus formas redondeadas y blancas, es otra de las joyas del parque. Este edificio singular recuerda la exposición comarcal de 1946 con la que se inauguró el espacio.

El Hort de Baix, añadido en 1960, se convierte en un vibrante escenario de fiestas al aire libre durante las celebraciones patronales de agosto. La Rotonda, un anfiteatro al aire libre, y el templete de música son puntos de encuentro emblemáticos donde la comunidad se reúne para disfrutar de eventos culturales y musicales.

El parque es un verdadero paraíso botánico donde la palmera datilera reina soberana, acompañada por una rica diversidad de especies vegetales como buganvillas, ficus, araucarias, tipuanas y magnolios. Además, el parque cuenta con fuentes y estanques, que albergan patos y cisnes, deleitando a los visitantes más pequeños.

El Parque Municipal no solo es un oasis verde, sino un lugar lleno de historia y vida, perfectamente integrado en la vida cotidiana de Elche. Con su variedad de flora, instalaciones culturales y espacios para el ocio, continúa siendo el corazón verde y cultural de la ciudad.

Además de ser un refugio verde, el parque forma parte del mayor palmeral de Europa, con más de 200,000 palmeras. Aunque a primera vista parece un bosque, el palmeral de Elche es una plantación con fines agrarios. Cada parcela está flanqueada por alineaciones de palmeras, formando cuadrículas vistas desde el aire. Históricamente, estos bancales se dedicaban a cultivos agrícolas, una tradición que ha disminuido, dando paso a un uso más paisajístico y cultural del espacio.

La relevancia de las datileras se remonta a la época íbera, como demuestran las cerámicas de La Alcudia. La expansión del palmeral se consolidó con la fundación de la ciudad por los árabes en los siglos VIII y IX, estableciendo una red de riego que persiste hasta hoy. Actualmente, el palmeral y el Parque Municipal tienen una función más cultural y recreativa, contribuyendo al patrimonio paisajístico de Elche.