El alcalde de Elche, Pablo Ruz, junto a la concejala de Festejos, Inma Mora, y la edil de Cultura, Irene Ruiz, ha participado este miércoles en el acto de presentación de las palmas en el Huerto de San Plácido, lugar que alberga uno de los talleres más importantes dedicados a esta tradición, el de la familia Serrano Valero, encargada desde hace décadas de mantener viva esta herencia cultural. Las palmas, de entre 2,70 y 2,80 metros de altura, han sido definidas por el propio alcalde como “obras de arte elaboradas por verdaderos arquitectos de la palma”.
Este año, Elche ha enviado palmas rizadas a destacadas personalidades, como el Papa Francisco —con una imagen del Araceli durante la Coronación, en alusión al Año Jubilar—, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la Reina Letizia, cuya palma incluye una representación de la patrona ilicitana, la Virgen de la Asunción. También han sido destinatarios el obispo de Solsona, Francisco Conesa, de origen ilicitano, y el obispo de la Diócesis Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, cuyas palmas presentan una gran cruz en la cúspide.
Además, se han enviado palmas blancas lisas al Rey Felipe VI, a la Reina Sofía, al alcalde de Jaca —ciudad hermanada con Elche—, a los miembros del Consell de la Generalitat Valenciana y al presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez.
Durante el acto, el alcalde Pablo Ruz ha querido poner en valor el carácter único de esta tradición y el trabajo de quienes la hacen posible: “Es un honor y un privilegio estar en este Huerto de San Plácido a las puertas de un nuevo Domingo de Ramos junto a la familia Serrano Valero, que ha recogido esta tradición para entregarla al presente y al futuro”. El regidor ha asegurado que Elche “centra esta semana la atención del mundo” gracias a una celebración “épica” que “no tiene comparación en ningún otro lugar del planeta”.
Ruz ha defendido el compromiso del Ayuntamiento con la continuidad de esta tradición, afirmando que “estas palmas nos ponen en el mapa, en el lugar que merecemos, y debemos seguir haciéndolo para que Elche siga brillando”. También ha agradecido la labor artesanal de todas las personas que hacen posible esta obra colectiva que “nos hace ser a todos los ilicitanos”.
Francisco Serrano, maestro artesano de la palma, ha subrayado la importancia de preservar esta práctica para que “no se pierda nunca”, mientras que Paqui Serrano, también miembro del taller familiar, ha destacado el “privilegio” que supone recibir encargos tan importantes, elaborados “con tanto cariño”. Según ha explicado, la elaboración de una palma rizada como la del Papa o la Reina Letizia puede requerir más de una semana de trabajo y la dedicación de cinco a seis personas, debido a la finura de su trenzado.
Actualmente, alrededor del 40% de la producción de palma blanca se queda en Elche, mientras que el resto se exporta a otros puntos del país, a los dos archipiélagos, e incluso a destinos internacionales como Italia y Francia. Para asegurar que llegan en perfecto estado, las palmas se envían humedecidas en agua y azufre, protegidas por plástico y dentro de un armazón de madera que evita que sufran daños durante el transporte.
Elche revalida así su papel como guardiana de una tradición centenaria, transmitida de generación en generación, que trasciende lo local para convertirse en símbolo de identidad, fe y cultura compartida.