El verano de 2025 está poniendo a prueba la capacidad de resistencia de los municipios valencianos frente al calor y la sequía. En Elche, con más de 9.000 hectáreas de monte y parajes naturales y un término municipal de los más extensos de España, la amenaza del fuego es real cada verano. Por eso, la ciudad ha intensificado sus medidas de prevención, tanto en el ámbito normativo como en el operativo.
Una normativa autonómica que marca el calendario
La Generalitat Valenciana establece cada año el marco de prevención que afecta directamente a Elche. Entre el 1 de junio y el 15 de octubre, el uso del fuego está totalmente prohibido en terrenos forestales y en una franja de 500 metros alrededor. Esto incluye barbacoas, fuegos recreativos y quemas agrícolas, salvo en casos muy regulados y con autorización expresa.
Cuando el riesgo es máximo, se activa el nivel de preemergencia 3, como ocurre estos días, entre el 16 y el 18 de agosto de 2025. En este escenario, se suspenden todas las actividades con fuego en espacios naturales, se prohíben trabajos que puedan generar chispas, como el uso de maquinaria agrícola o de obra, y se limita el acceso a parajes forestales para reducir la probabilidad de ignición.
El Portal de Prevención de Incendios de la GVA actualiza a diario el nivel de alerta y recuerda estas restricciones a la ciudadanía, un esfuerzo clave para mantener la vigilancia colectiva.
Elche endurece sus reglas locales
Más allá de las normas autonómicas, Elche ha desarrollado su propia regulación. En 2019 aprobó la Ordenanza Municipal de Quema Agrícola, que restringe de forma notable esta práctica en el Camp d’Elx, especialmente en zonas de valor ecológico. Una de ellas es el Clot de Galvany, paraje natural municipal donde está terminantemente prohibido hacer fuego o fumar, con señalización en todos sus accesos.
El consistorio también aplica restricciones puntuales en fechas de riesgo. Durante la Noche de San Juan de 2025, el Ayuntamiento prohibió hogueras y fuegos en todas las playas y arenales del municipio, evitando que la tradición festiva se convirtiera en una amenaza en plena temporada seca.
Además, el consistorio lanza avisos especiales en episodios de ola de calor, a través de canales oficiales y redes sociales, para recordar a la ciudadanía las medidas de prevención, los cierres de accesos y las recomendaciones sanitarias.
Recursos para la respuesta inmediata
La prevención no se entiende sin medios de extinción eficaces. Elche cuenta con un parque de bomberos integrado en el Consorcio Provincial de Alicante, que en 2023 reforzó su flota con la adquisición de dos autobombas urbanas ligeras (BUL), una de ellas destinada al parque ilicitano. La inversión fue de 692.000 euros, destinada a mejorar la rapidez de actuación en conatos tanto urbanos como rurales.
A nivel operativo, en 2025 el Consorcio alcanzó un acuerdo sindical para garantizar al menos 94 efectivos diarios de guardia en la provincia. Este refuerzo es vital para un municipio como Elche, cuya gran extensión multiplica los escenarios de riesgo y obliga a una respuesta coordinada con Protección Civil y la Policía Local.
El papel de la ciudadanía
La colaboración vecinal es un elemento fundamental en la prevención. Con más de 30 pedanías dispersas, el término municipal ilicitano requiere la implicación directa de agricultores, vecinos y asociaciones. La difusión de campañas de concienciación y la denuncia temprana de cualquier columna de humo se han convertido en herramientas imprescindibles.
En zonas rurales, la ordenanza de quema agrícola ha supuesto un cambio de hábitos: muchos agricultores han sustituido la quema de restos vegetales por alternativas de gestión más seguras, conscientes del peligro que un descuido puede acarrear en verano.
Un reto constante en tiempos de calor extremo
La combinación de olas de calor más intensas, prolongadas sequías y episodios de viento hace que Elche se enfrente a un reto cada vez más complejo. Los expertos insisten en que la prevención debe basarse en tres pilares: la normativa clara, los recursos humanos y materiales adecuados, y la concienciación ciudadana.
Elche, con su singular paisaje de huertos, monte y mar, se encuentra en una posición delicada pero también ejemplar en su esfuerzo por reducir el riesgo. Cada medida, desde la prohibición de hogueras en playas hasta la inversión en vehículos de extinción, responde a una estrategia común: proteger el patrimonio natural y garantizar la seguridad de la población frente a una amenaza que, cada verano, vuelve a acechar.