Una buena noticia, por muchos y diversos motivos. En un momento que algunos se empeñan en mirar al forastero como una amenaza que viene a perturbar la paz local de los autóctonos, es motivo de alegría que se nombre hijo adoptivo a un ilicitano de llegada, uno esos tantos que en su día fueron la fuerza de un pueblo que quería seguir mirando hacia delante.

Celebro con satisfacción el nombramiento Fernando García Fontanet, fundador del Museo Escolar de Puçol (con ce trencada y no con ese) y por ende, del modelo de Escuelas Unitarias que tan destacado fue en nuestra ciudad. Fernando siempre me mostró una gran predisposición a colaborar con el Ayuntamiento en mi etapa de concejal, pero más importante, fue un pilar fundamental cuando hice mi trabajo de fin de grado sobre las Escuelas Unitarias de Elche. Mi gratitud siempre por su amabilidad e ilusió.

Su apuesta por un modelo educativo basado en el aprendizaje, la experimentación y el compromiso con la cultura tradicional y la etnografía, como elemento clave de aprendizaje, permitió obtener en 2009 la distinción como Patrimonio Inmaterial otorgado por la UNESCO para el museo. Nuestra tercer Patrimonio.

El  museo y la escuela unitaria que compone el proyecto son un ejemplo para aquellos que amamos la educación como instrumento de cultura y empoderamiento de las personas. Una cultura hecha desde las raíces y gracias a la colaboración de tantas y tantas generaciones a lo largo de la historia.

Aunque el Museo de Puçol se creo el 1969 no hay que olvidar que los proyectos de escuelas unitarias en nuestro país nacen gracias al impulso de la Institución Libre de Enseñanza, liderada por Giner de los Ríos, que posteriormente tuvo un gran impulso gracias a la llegada de la segunda República. Sin duda alguna, es el momento histórico más importante del avance de la educación.

Elche es un ejemplo en el desarrollo de las escuelas unitarias. Nuestro campo, alberganada más y nada menos que 22 escuelas que siempre han estado al servicio de la ciudad. Primero como escuelas y hoy como centros sociales, consultorios médicos y hasta una iglesia en Atzavares.

Ahora que vemos la educación como arma arrojadiza entre la derecha y la izquierda quizá deberíamos pensar en como proyectos como Puçol y las Escuelas Unitarias de Elche son el ejemplo de como estas instalaciones educativos han sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia: un proyecto de comunidad que une, refuerza y pone en valor nuestro patrimonio material e inmaterial.

¿Por qué algunos se empeñan en generar diferencias entre nosotros, los de aquí y los que vinieron aquí, para hacernos creer que estamos amenazados? La cultura no está en guerra. Algunos, por el contrario, prefieren generar guerras donde lo que hay en realidad son valores culturales compartidos, ayer, hoy y siempre.