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Hoy me dispongo a hablar de uno de los cuatro pilares de nuestra población (el Misteri, el Palmeral, la Dama de Elche y nuestro Elche Club de Fútbol). Alejado ya el ascenso directo, sólo nos queda pelear por la fase de play-off, ya no hay tiempo para más experimentos ni probaturas. Las formas no han sido las correctas, parece ser que la diversidad de opiniones no cabe en ese vestuario ni en ese banquillo, todo aquel que interprete o diga algo fuera de lo acorpepedado o de lo supuestamente establecido, es marcado, sancionado y apartado de la entidad ilicitana. Y para colmo de los colmos, oigo ecos en las radios locales que dicen que cesan a Miguel Escalona y a César, entrenador de porteros y jefe del equipo médico respectivamente.

En pleno siglo XXI no se puede ser crítico ni tener un juicio independiente, todo lo que sea salirse de lo políticamente correcto es motivo de sanción, despido o reprimenda. Cuando dijeron a Pacheta que no iba a continuar tras subir al Elche a primera división ya se llevó a cabo la “política de las injusticias”. A estas le han seguido muchas más: se ha fichado mal y a destiempo, no se ha querido apostar nunca por el nuevo ascenso y siendo uno de los clubes con menos deuda y más dinero para fichar de la categoría, es el que menos movimientos ha hecho. Y eso, nos guste o no, nos ha sentenciado a estar donde nos encontramos.

Sí, me considero y tengo la suerte de ser un gran amigo del de Salas de los Infantes. Sí, soy un gran conocido del cesado y bien educado entrenador de porteros, ¿ello me imposibilita o me prohíbe hablar sobre el club ? ¿ Tengo que demostrar mi limpieza de sangre franjiverde? Desgraciadamente parece ser que sea necesario.

Bien, llevo 44 años de abonado, no me he perdido ningún ascenso ni descenso, he intentado inculcar a mis sobrinos el ADN franjiverde, mi abuelo llegó a ser en los años cuarenta del siglo pasado vicepresidente del club y jugador del Sportman (actual Ilicitano). Aun así por ser crítico con esta nueva remesa de inversores y adláteres que pisan el verde, muchos me etiquetan de “seniso”, alegan que no quiero lo mejor para mi club y dicen que me alegro de sus derrotas.

En estas estamos, en esta nueva sociedad en la que la policía secreta de la antigua Gestapo, la OVRA o el NKVD, parece que haga horas extras y de cartillas de aficionados fieles o infieles al proyecto “Volver Juntos”. Parafraseando a Sixto Marco, “el que no se sienta ilicitano que se muera y que se vaya “, pido a la propiedad y a su desafiante entrenador, con la máxima serenidad y educación que tengo, que finalicen su proyecto en esta ciudad bimilenaria y con tres patrimonios de la humanidad. Con sus palabras, sus gestos, sus proclamas y sus desatenciones, nos alejan de la victoria y del objetivo que nos marcamos todos.

La victoria más agridulce contra el Andorra no tuvo que producirse, de esta forma el agitador del mister hubiese dimitido y a día de hoy, creo, tendríamos un mejor y más comprometido capitán de barco. Y quizá algún que otro punto más. Es menester que un grupo de empresarios del pueblo compren la mayoría de las acciones y el club de nuestros amores vuelva a las manos de donde nunca tuvieron que salir, de sus aficionados.

Cuando acepté publicar en este medio me comentaron que no tendría censuras y que solo estaba limitado por lo que dijera y acordara el Código Penal. Pido perdón a mis queridos lectores, que aún continúan ojeando este escrito, por haberles hablado en el día de hoy más del presente que del pasado, pero en ocasiones, la actualidad es tan importante que debemos trasladar ese tiempo remoto al hoy y no al ayer.
Ya es jueves por la tarde y nadie habla de nuestro rival, el Huesca. Y eso, nunca es bueno.

MUCHO ELCHE Y SALVE ILICI AVGVSTA COLONIA IVLIA