Al llegar a mi colaboración número diez en este rotativo, me gustaría hablaros de diez asuntos que podrían mejorar en nuestro querido ELCHE. Este decálogo no pretende ser ni tendencioso, ni buscar el aplauso fácil, ni el reconocimiento entre nuestros contados lectores.No deja de ser una impresión más que me da vueltas en mi despejada cabeza y no me deja conciliar muy bien el sueño en lo que ya parecen ser noches de canícula estival.
Para no perderme por los cerros de Úbeda y contabilizar menos de las que son, paso a enumerar cada una de ellas. Repito, no busco la algarabía ni la más absoluta de las indiferencias.
1. Elche necesita de medios de transporte más vanguardistas y ecológicos. Que unan pedanías (31) y nos vinculen más y mejor con la otra capital, Alicante. Tras la experiencia fallida del Tren Chicharra (1905-1910) que atravesaba la población por la corredera, la plaza de Baix y el puente de la Virgen hasta llegar a Crevillente, debemos unirnos con el parque empresarial y con el aeropuerto ilicitano.
2. Elche y sus empresarios podrían recuperar las riendas de nuestro amado Elche Club de Fútbol. Como somos una afición madura y muy sentida, nos gustaría volver a la serenidad y al sentimiento de pertenencia, no a que unos señores venidos de fuera y sin conocimiento del fútbol nacional, lleven a la entidad a la falta de educación, saber estar y excesiva soberbia. Y no me vale que algunos argumenten para justificar a la nueva propiedad, el saneamiento económico, que aún siendo importante, no lo es todo.
3. Elche necesita de ediles y gestores más formados, donde prime la cordialidad, el entendimiento y el buen hacer. No todo vale en política. Se supone que son la imagen del ciudadano de a pie, que nos representan y que están de paso, no es algo para toda la vida, es más, me gustaría que ningún alcalde llegase a gobernar más de dos legislaturas. Evitaríamos el abuso y fomentaríamos la regeneración. Ya está bien de etiquetar a algunos partidos de extrema derecha y fascistas, y de no atrevernos a nombrar , porque no nos interese, a otros de extrema izquierda.
4. Quiero para mi pueblo un mayor conocimiento de su historia, de su pasado, que los jóvenes y no tan jóvenes sean partícipes y se sientan orgullosos de toda nuestra cultura milenaria. De iberos a romanos, la huella musulmana y todo lo que la cristiandad nos aportó. Es maravilloso contemplar el Misteri, seas o no creyente, es conmovedor visitar la Alcudia y ver que la Historia te observa con letras de oro, es única nuestra Alborada y la Venida de la Virgen con su guardacostas Cantó a la cabeza. Necesitamos creer que vivimos en un paraíso para poder transmitirlo a las gentes que vienen de fuera a vivir entre nosotros o a los turistas que año tras año nos visitan.”No se puede amar lo que no se conoce ni defender lo que no se ama” (Da Vinci).
5. Me gustaría ser políticamente incorrecto y remar a contracorriente para solicitar el cambio de nomenclatura de nuestra Universidad pública. Existe un número tan extenso de ilicitanos ilustres (aquí incluyo al género femenino) que pudieran aparecer en ese listado que me parece inapropiado enumerarlos. Miguel Hernández pudo haber sido, para algunos entendidos, un gran poeta de la Generación del 27 pero de ilicitanismo, de haber trabajado por y para Elche y de llevar el nombre de Elche más allá de sus fronteras, res de res.
6. Elche debería desgastarse, hacer todo lo posible y trabajar a destajo, para conservar nuestro palmeral. No puede ser que fenicios y musulmanes nos lo legaran y no podamos ser capaces de dejarle en herencia nuestra Phoenix dactylifera a nuestros hijos y nietos. Don Pedro Ibarra luchó a pecho descubierto por su conservación; hagamos iniciativas, replantemos, como hacíamos hace años, poniendo el nombre a una palmera por cada recién nacido y tomemos conciencia de la trascendental labor.
7. Me gustaría para mi pueblo que se cuidaran y se potenciaran más nuestras playas. Tenemos unas costas maravillosas, idílicas, un paraíso en la tierra. Y no todo es tener cinco Banderas Azules, se trata de invertir más y mejor, preguntar a la gente que vive en ellas todo el año y no al que pasa su época vacacional y regresa a Elche. Un ejemplo es Arenales del Sol, mi residencia habitual. Los servicios son muy pocos, escasos o directamente no los hay. Es tal el potencial de estas tierras bañadas por el mar, que considero que con una mejor gestión tendríamos todo el año, sí, todo el año, turistas, un buen servicio de autobuses que brilla por su ausencia, más gente que viviría todo el año y restaurantes y comercios que no tendrían que cerrar sus puertas cuando llegase el gélido invierno.
8. Elche centro, el eje vertebrador de la ciudad, en ocasiones me ha parecido una ciudad fantasma. Negocios cerrados por alquileres altos, pisos cerrados a cal y canto, abres un negocio y duras menos que la baixada del Àngel. Me gustaría apostar más por las pymes en una época en la que los grandes centros comerciales y la venta online nos ha deshumanizado más de lo normal. Echo en falta esas tiendas y economatos de antaño donde la relación cliente-tendero era más familiar que ahora.
9. Me gustaría ver mi antiguo Alebús, nuestro río Vinalopó, como Madrid Río, que fuera un enclave lúdico-cultural y que con su renaturalización y biodiversidad, su construcción sostenible, tuviera bares, cafeterías, parques para los niños e incluso pudieras ir con tu piragua, acotando una zona del río y vertiendo más agua de lo normal.
10. Para finalizar este decálogo, que alguno puede considerar osado, arriesgado y utópico, quiero pedir que abran los cines Capitolio y El Alcázar, que se les vuelva a dar la funcionalidad para la que fueron edificados. Y como no, que el templete del parque municipal vuelva al epicentro de nuestra querida Glorieta y la Banda Municipal, masas corales o algunos grupos musicales, nos amenizaran las mañanas en los fines de semana.