En un contexto marcado por una guerra despiadada promovida por potencias imperialistas y el capital, estos grupos políticos hacen un llamado a la unidad en la lucha por la paz, la vivienda digna, el trabajo justo y los salarios adecuados. Reconocen que la avidez del capital no conoce límites y busca expandirse a través del conflicto armado, poniendo en peligro la vida de millones de personas en todo el mundo.
Además, denuncian las condiciones de vida injustas en las que se encuentran millones de personas, atrapadas en empleos precarios y sin acceso digno a la vivienda. Critican las políticas que benefician a una minoría privilegiada mientras reprimen y despojan de soberanía a la clase trabajadora en beneficio de intereses extranjeros.
Destacan también el papel de la monarquía en España como un pilar fundamental del sistema actual, defendiendo los intereses de la oligarquía y perpetuando la sombra del franquismo. En este sentido, reafirman su compromiso con la Tercera República como el resultado necesario de una lucha por la transformación completa del modelo económico, político y social actual.
Finalmente, hacen un llamado a redoblar los esfuerzos y unirse en la lucha por un futuro de paz, justicia y dignidad para todos y todas. Por la paz, la vivienda, el trabajo y los salarios dignos. Por la libertad de los pueblos y la soberanía. Contra la guerra, el fascismo y cualquier forma de opresión.
Manifiesto íntegro :
Por la paz, la vivienda, el trabajo y los salarios dignos. Por la libertad de los pueblos y la soberanía
Hoy nos volvemos a reunir para conmemorar el aniversario de la República. Pero no lo hacemos vueltos hacia el pasado, sino mirando al futuro, con la certeza de que los problemas que sufrimos los trabajadores y trabajadoras no se solucionarán sin un cambio estructural del régimen, a través de un nuevo Estado subordinado a los derechos e intereses de las clases trabajadoras de nuestro país.
Conmemoramos este aniversario en un contexto de guerra despiadada promovida por las potencias imperialistas, el capital y sus portavoces. Esta vez, con el agravante de que ya no se trata de un asunto distante con el que abrir noticiarios, que nos empobrece y nos deshumaniza, sino que constituye una amenaza real que pende sobre nuestras vidas y las de nuestros hijos: en efecto, la avidez del capital no se conforma con la guerra enquistada en Ucrania o Yemen, ni con el genocidio en Palestina, y empieza a sondear abiertamente las posibilidades de un conflicto abierto y generalizado, demostrando una vez más que es el principal enemigo de la humanidad.
Además, nos vemos sometidos hoy a las condiciones de vida más injustas, con millones de personas sin un acceso digno a la vivienda, sin vida más allá de un trabajo precario, sin posibilidad de desarrollar nuestras vidas, familias, proyectos y pasiones. Sufrimos constantes ataques y saqueos contra los derechos de nuestra clase: inflación, encarecimiento de la energía y combustibles, subida de los tipos de interés, ataque a las pensiones… Mientras, el Estado nos continúa reprimiendo con las leyes mordaza, nos desahucia, nos arrastra a la precariedad con las reformas laborales, abre la veda para que las multinacionales aumenten sus márgenes a nuestra costa, regala nuestra soberanía a los EEUU, la OTAN y la Unión Europea y vende armas al estado terrorista de Israel, siendo cómplice del genocidio del pueblo palestino.
Vivimos en una situación de drama social, en un sistema que promueve la desigualdad y fomenta el auge del fascismo. De todo esto es garante, en España, el régimen monárquico, defensor de los intereses de la oligarquía en nuestro país y de la viva sombra del franquismo. Los empresarios, la Iglesia católica, los grandes partidos, la judicatura neofranquista, el Ejército y los cuerpos de policía: para todos y cada uno de ellos, la monarquía es la clave de bóveda del sistema que asegura sus privilegios.
La Tercera República que necesitamos solo puede ser el resultado de la lucha por la transformación completa del actual modelo económico, político y social: para que las instituciones públicas dediquen hasta el último céntimo a atender las necesidades de todos los trabajadores y trabajadoras, sin intermediarios privados ni comisiones de amiguetes; para asegurar la libertad de todos y todas, y no solo del capital y de sus apoyos corruptos y reaccionarios. La Tercera República hace mucho tiempo que dejó de ser un deseo para convertirse en una necesidad urgente para nuestra clase. Por esto, y para conquistar ese futuro de progreso que tanto ansiamos, es imprescindible redoblar la lucha, aumentar las respuestas que están dando ya la clase obrera y los pueblos por todo el mundo. No podemos eludir la necesidad de reagruparnos, unir fuerzas, impulsar la organización y las luchas cotidianas en barrios, centros de trabajo y estudio y allá donde intenten erosionar los derechos colectivos. Solo así podremos hacer frente a los ataques a los derechos sociales, los servicios públicos y, en primer lugar ahora, a la guerra. Por la paz, la vivienda, el trabajo y los salarios dignos, la libertad de los pueblos y la soberanía. Contra la guerra, el fascismo y cualquier forma de opresión. Los trabajadores y trabajadoras, partidos y organizaciones aquí presentes unimos nuestra voz y decimos:
¡VIVA LA TERCERA REPÚBLICA!