Los Reyes Magos llenaron de ilusión las calles de la ciudad con un espectáculo multitudinario que superó expectativas y cautivó a niños y mayores.

La noche del 5 de enero, Elche volvió a ser testigo de una de sus tradiciones más queridas y esperadas: la Cabalgata de Reyes. Una marea de alegría y entusiasmo llenó las calles de la ciudad, con más de 65.000 personas, según la Policía Local, disfrutando de un espectáculo que mezcló magia, tradición y participación ciudadana.

Los Reyes Magos llegaron con su séquito en una comitiva que superó las 800 personas, incluyendo personajes bíblicos, animales y colectivos festeros que dieron vida a un desfile cargado de emotividad y belleza. Melchor, Gaspar y Baltasar hicieron su entrada triunfal a lomos de dromedarios, una apuesta que devolvió el realismo y la espectacularidad a la Cabalgata. Entre burritos, ocas y decoraciones cuidadosamente elaboradas, el recorrido se convirtió en un auténtico viaje al pasado, evocando los pasajes bíblicos de la Epifanía.

A pesar de un pequeño retraso al inicio debido a un contratiempo en la organización de las sillas en la calle Jorge Juan, el desfile transcurrió con absoluta normalidad. El equipo organizador actuó con rapidez para resolver el inconveniente, asegurando que todos los asistentes pudieran disfrutar de la noche mágica sin complicaciones.

La Cabalgata también contó con un despliegue especial de seguridad. Las calles se llenaron de risas infantiles, música y caramelos lanzados desde las carrozas.

Los más pequeños, con los ojos llenos de ilusión, protagonizaron momentos inolvidables al recibir saludos de Sus Majestades de Oriente. Para ellos, la noche fue un sueño hecho realidad, un recuerdo que quedará grabado en sus corazones.

Elche demostró una vez más su capacidad para combinar la tradición con el espectáculo. La Cabalgata de Reyes no solo es un evento, sino una celebración que une a toda la ciudad en torno a los valores de la esperanza, la unión y la alegría. Este año, sin duda, la magia volvió a reinar en Elche.