El pasado 29 de octubre, Valencia sufrió una de las mayores catástrofes que han ocurrido en el siglo XXI en España. Una DANA azotó a múltiples pueblos de la provincia de Valencia y alrededores. Las lluvias intensas y continuas provocaron el desbordamiento de ríos y la inundación de calles y viviendas en varias localidades.
Desde entonces, la gente de alrededores se ha desplazado hacia los pueblos afectados para ayudar a reconstruir las vidas de quienes lo han perdido todo, coches, hogares e incluso gente que desgraciadamente ha perdido a seres queridos. La cifra de fallecidos ahora mismo está en 215 personas, un número que podría aumentar en los próximos días, puesto que hay decenas de desaparecidos.
Uno de los pueblos más golpeados por la DANA fue el de Algemesí. Un joven estudiante de la UMH, Daniel Fuentes, que ha vivido toda su vida en Algemesí, nos relata cómo vivió esos momentos de agobio al saber que su pueblo estaba siendo claramente afectado por la DANA: “Sobre las dos o tres de la tarde me enseñaron vídeos de que llovía con muchísima intensidad, pero en ningún momento íbamos a pensar que se iba a desatar el caos como se desató, desbordándose el río Magro y, evidentemente, haciendo el pueblo un auténtico caos”.
Alertas y la magnitud del desastre
En Algemesí se emitieron dos alertas, una a las ocho y otra a las nueve de la noche, cuando las calles ya estaban inundadas y no se podía salir de casa. El desbordamiento del río Magro llegó sin aviso, convirtiendo Algemesí en una de las localidades más golpeadas de la Comunidad Valenciana. El impacto fue abrumador, con escenas de coches arrastrados y casas bajo el agua, un caos que terminó siendo imprevisible.
Pérdidas humanas y materiales
La tragedia ha dejado una estela de pérdidas humanas y materiales. Aunque Daniel y su familia no sufrieron pérdidas personales, por desgracia, en el municipio de Algemesí han habido fallecidos. “Tanto mi familia, como conocidos, hemos tenido la suerte de que no hemos perdido a ninguna persona cercana. En Algemesí, la cifra de fallecidos está alrededor de 15 personas por lo que se sabe ahora”, afirma Daniel.
En lo material, el daño es devastador, comenta el joven estudiante de la UMH: “Las casas de muchos conocidos están completamente inundadas e inhabitables. La casa de mi abuela ha quedado completamente inundada hasta arriba y, evidentemente, los coches se han visto afectados. El coche de mi padre es siniestro total y el de mi hermano es prácticamente lo mismo”.
Solidaridad entre pueblos vecinos
En medio del desastre, la solidaridad se ha convertido en un pilar para los habitantes de Algemesí. Daniel afirma que varias localidades cercanas, como Almusafes, Albalat de La Ribera, Alzira y Polinyá entre otras, han acudido para brindar su apoyo. Además, destaca la intervención de bomberos, policías y ejército de varias regiones de España. La ayuda externa ha sido fundamental para las labores de rescate y limpieza en los barrios más afectados, donde el barro y los escombros aún bloquean calles y casas.
Un pueblo unido frente a la adversidad
La tragedia no ha quebrado el ánimo de Algemesí. “Esta semana ha sido de ir con la mentalidad a ayudar lo máximo posible. Ese ha sido el objetivo”, asegura Daniel, quien también resalta el compromiso de la juventud en esta crisis: “Para nada nos hemos puesto a llorar; creo que todo el pueblo ha aceptado la situación y se ha puesto a trabajar”. La comunidad ha respondido con fortaleza y unidad, con cada vecino dispuesto a hacer su parte para acelerar la recuperación del pueblo lo antes posible.
La vuelta a la normalidad, un desafío largo pero alcanzable
La situación en Algemesí es compleja y el regreso a la normalidad será un proceso largo. Las calles y casas siguen cubiertas de barro, y la imagen de hogares destrozados impacta profundamente a sus habitantes. “La situación ahora en mi pueblo es un desastre porque está todo lleno de barro, pero estamos haciendo lo posible para volver lo antes posible a nuestras vidas normales, a quitarnos las botas de agua y a seguir viviendo, porque esto no es vivir”, cuenta Daniel. Con la ayuda que continúa llegando y la voluntad de la comunidad, Algemesí cada vez está más cerca de recuperarse.
La tragedia que vivió Algemesí se ha convertido en una prueba de fuerza para toda la comunidad. Aunque las cicatrices del desastre perdurarán en la memoria de sus habitantes, la unión y la solidaridad que surgieron de esta crisis son testimonio del poder de la comunidad. “Sabemos que recuperaremos nuestro pueblo. Es una situación muy dura, pero ver cómo todos se han unido nos da esperanza”, concluye Daniel. Algemesí se enfrenta a un proceso de reconstrucción largo, pero sus habitantes ya han demostrado, que trabajaran hasta volver a recuperar el pueblo.