La Torre de Jubalcoi, situada en la partida del mismo nombre, entre Elche y Torrellano, es una de las construcciones históricas más significativas de la ciudad. Esta torre, que data del siglo XVII, fue erigida en un contexto de constante amenaza por las incursiones de piratas berberiscos que asolaban las costas mediterráneas. En este periodo, la construcción de torres defensivas en la costa y en el interior era fundamental para proteger los territorios y facilitar la vigilancia. La Torre de Jubalcoi fue parte de este sistema de defensa, destinada a proteger a la población y las propiedades rurales.
La historia de Elche se remonta a tiempos remotos, con primeros asentamientos en el Eneolítico y el Bronce, y un notable desarrollo durante la cultura íbera. Posteriormente, bajo dominio romano, Elche, conocida como Illici Augusta, experimentó una etapa de gran prosperidad. Sin embargo, tras la caída del Imperio Romano y las invasiones bárbaras, la ciudad sufrió una serie de transformaciones hasta que en el siglo VIII pasó a formar parte del territorio musulmán. Durante este periodo, Elche vivió una etapa de prosperidad agrícola gracias a los sistemas de riego árabes, que aún hoy pueden verse reflejados en el Palmeral de Elche.
Tras la conquista cristiana de la ciudad por Jaime I en 1265, Elche formó parte del Reino de Valencia, y a lo largo de los siglos siguientes, la ciudad vivió tanto momentos de esplendor como de crisis, marcados por los ataques piratas y las luchas internas. A partir del siglo XVI, los ataques de los piratas berberiscos se convirtieron en una grave amenaza, lo que llevó a la construcción de torres como la de Jubalcoi, con el objetivo de proteger tanto las poblaciones como las tierras agrícolas de la comarca. Esta torre se erigió como un elemento defensivo, con una estructura sólida, de planta cuadrada y tres niveles, con una terraza almenada que permitía una amplia visibilidad del entorno. Los garitones metálicos, que originalmente fueron cuatro, hoy solo quedan dos, y el edificio conserva parte de su función original como punto de observación y protección.
Con el tiempo, la Torre de Jubalcoi perdió su función defensiva. Ya no era necesaria como torre de vigilancia, por lo que se integró en un conjunto señorial, convirtiéndose en una residencia privada. En algún momento, la torre estuvo habitada por un eclesiástico, lo que le otorgó el nombre alternativo de Casa del Rector. Su finca pasó a ser utilizada como vivero, lo que refleja la importancia de la actividad agrícola en la zona.
A pesar de los cambios sufridos a lo largo de los siglos, la Torre de Jubalcoi sigue siendo un testimonio de la historia de Elche. Su ubicación, en medio de una finca que ha sido afectada por el desarrollo industrial, permite que, aunque parcialmente oculta por el entorno, continúe siendo una pieza clave del patrimonio histórico de la ciudad. La torre está protegida por la legislación de patrimonio histórico, lo que garantiza su conservación y el reconocimiento de su valor. Aunque hoy en día ha quedado algo alejada del bullicio urbano, su historia, marcada por las incursiones piratas, la evolución de la ciudad y su transformación en una residencia señorial, sigue siendo un elemento importante del legado histórico de Elche.