OPINIÓN

La valentía no es la ausencia de dudas, ni de miedos, sino la determinación de seguir adelante a pesar de todo ello.


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Santiago Pascual
15 de junio de 2024 - 11:24

Han pasado tan solo unos días, pocos para saber algo cierto de los pactos y acuerdos que la gobernanza Europea necesita. Es un momento apasionante en cuanto a la política y no tengo la menor duda que muy estresante para los líderes europeos. Los pactos en nuestra Unión Europea siempre son poliédricos y eso multiplica por mil las diferentes advertencias y líneas rojas que sus Señorías deben tener muy presentes en un proceso que se alargará algunas fechas, teniendo el verano por en medio, creo que muchos de ellos se quedarán sin vacaciones o las trasladarán a las fechas más ajustadas al final del verano.

Un verano que se barrunta muy seco, aunque las últimas lluvias han mejorado el medio natural y los pueblos y ciudades, pero nuevamente donde se han concentrado las lluvias y el pedrisco han causado verdaderos estragos seguidos en tiempo real por todos los medios de comunicación.

Nosotros, aquí, hemos medido unas pocas lluvias, muy insuficientes para afrontar un verano, como decía antes, muy seco y con un altísimo riesgo de incendios.

Tenemos los medios para sofocarlos, pero siempre que el aviso de alerta por incendio forestal sea inmediato  a su origen, en sus inicios, se puede controlar. Una hora después ya resulta casi imposible y desde luego con muchísimo riesgo para las personas y los bienes.

Pues si el verano se barrunta seco y de alto riesgo, en la política europea se podría calificar de la misma manera.

Los contactos, los encuentros y las reuniones oficiales o informales se están multiplicando por grupos y por países. Lo de informales, en la Unión Europea no tiene un carácter peyorativo, ni muchísimo menos. Acostumbran los políticos europeos a convocar reuniones “ informales” para tratar todos los temas, incluso los más aristosos, ( con las aristas más afiladas), en un ambiente distendido y amable, en las que  no se parten de objetivos estrictos y en las que se admiten todas las notas discordantes sin generar las resistencias y las respuestas estrictas.

Suelen convocarlas al principio del gobierno semestral de la U. E. de turno y al final del mismo.

Y de esas reuniones informales salen propuestas con más nivel de consenso pese a que no se marcan objetivos estrictos y todos colaboran aportando lo mejor.

Recién salidos del proceso electoral, a la presidencia de turno le corresponde convocar o esperar al final del verano. Será Bélgica, actual presidencia y Hungría, siguiente presidencia quienes tendrán que lidiar con esas reuniones informales a las que nos referíamos y que tantísimos temas han conseguido desbloquear.

Pero en éstos momentos la que está en ebullición es la marmita europea, lástima que no sea la de Panoramix, estando vacía de toda pócima druida más necesaria que nunca para alcanzar acuerdos sostenibles.

Hay un temor extendido sobre todo tras conocerse los resultados electorales en Francia, tanto es así que el Primer Ministro Francés ha convocado elecciones en su país.

No es un tsunami, “ni de coña”, pero si que es un oleaje incómodo y pertinaz que va a causar no pocos rotos y extravíos. Para hacernos una idea tan solo tenemos que recuperar en la televisión las imágenes del parlamento italiano. No es la primera y desde luego no será la última en la que los señores diputados se líen a golpes para hacer prevalecer sus opiniones.

Eso, no es política. Por mucho que la señora Meloni trate de contener a los “jacos”.(jacas).

Nosotros, aquí, a un trís de llegar a situaciones similares ya que al seguir las intervenciones del parlamento sea en las sesiones de control o en cualquiera otra de las sesiones podemos observar situaciones de muchísima tensión reflejada en los semblantes de sus Señorías de la ultraderecha, principalmente.

Descalificativos, calumnias e injurias vomitadas en directo y miradas subyugantes que describen a la perfección las tensiones y las no pocas ganas de algunas de sus señorías de “salir al patio”.

En fin, de verdad que resulta un poco triste ver los gestos irreverentes donde tendría que haber razonamientos, propuestas, colaboración y paz, sobre todo paz.

Por encima de todas estas minucias, está la proa puesta por los grandes grupos y sus dirigentes hacia la ultraderecha en Europa, que al parecer algunos recibian dinero y consignas desde Rusia y otros hacian lo propio desde algunos estados de América, unidos o no unidos, da igual.

De verdad que nos preocupa muchísimo ésta deriva ultraderechista que allá donde anida, más pronto que tarde la lían parda.

Deberíamos reflexionar respecto de la hidra ultraderechosa de tres cabezas en España y de esa reflexión debería surgir un compromiso firme de los partidos democráticos. Perdón, el compromiso debería ser de los partidos MAS DEMOCRATICOS, a fin de que los acuerdos fueran firmes y duraderos en el tiempo más allá de las elecciones periódicas.

Así lo refieren negro sobre blanco los partidos MAS DEMOCRATICOS ( Partido popular Europeo, Socialistas de Europa, Los verdes, los Liberales y algunos partidos más) gracias a Dios, mayoritarios en su conjunto y que pactarán en Bruselas un equilibrio dignificante en el que todos ganan. Algo que para el futuro no muy lejano, debería ocurrir en España y en las Comunidades Autónomas, para evitar males mayores.

De muy poco les sirve bloquear temporalmente las leyes en el Senado y seguir con la representación dramática del Consejo General caducado. Deberían aplicar al respecto una norma sencilla de prescripción por el tiempo transcurrido desde su caducidad temporal.

En la suma de todos los países, los resultados han manifestado un casi empate en cuanto a la suma aritmética de fuerzas políticas, sin embargo, la voluntad firme de una extraordinaria mujer del Partido Popular Europeo, como es la Señora Ursula Von Der Layen, esta facilitando el pacto necesario para que todos los europeos podamos estar tranquilos porque las políticas iniciadas continuaran aplicándose con equilibrio y sensatez. Las amenazas de las ultraderechas de romper la Política Agraria Común, romper el Pacto Verde Europeo y romper con todos los reglamentos de aplicación solo quedará en las ensoñaciones del señor Milei, ( que de haber triunfado las ultraderechas, los suyos) que pretendía invadir nuestros mercados con las frutas y hortalizas de su país y las de todos los países cercanos ya que pretendía formar un cluster  que el gobernaría con la motosierra y que le daría a los argentinos, bueno, no a todos,  a los pocos que rondan cerca de éste señor, un estatuto de riqueza sin precedentes en la historia.

Al final siempre se descubren que las iniciativas foráneas solo responden a intereses tremendamente perjudiciales para nosotros o bien destabilizadores o bien económicamente.

Bruselas, y todo lo que la rodea de maraña legal debe acercarse lo más posible a los países para llegar a los ciudadanos y mostrarles la realidad de lo que defienden, como lo hacen y la manera en la que se respetan. Tienen que hacerse presentes aquí, cerca de los campos, de los puertos, de los montes, en charlas, jornadas, ponencias, escritos. Hacerse presentes para que tengamos la sensación de que nuestros votos han sido de utilidad.

Nosotros, necesitamos a la Unión Europea, de la que formamos parte importante porque hay temas que nos superan como profesionales y como país.

Las guerras, que por desgracia, lejos de bajar intensidad, están recrudeciendo ataques y asesinatos.

Los fondos de inversión plurinacionales en los que unas normas ultraliberales nos empujan en ocasiones hacia la parte estrecha del embudo con graves perjuicios.

Las zonas emergentes a nivel global con producciones que atacan gravemente nuestras producciones tradicionales  con la expansión de plagas contra las que no nos podemos defender eficazmente y con estrategias comerciales miserables.

Los grupos de países con una peso excesivo en la producción agraria, como China, India, Brasil, que tratan por todos los medios traer a nuestros mercados parte de sus producciones.

Para mantener nuestra actividad protegida es necesario una Europa sensata, con una continuidad de las políticas que nos preparen para el futuro casi inmediato en el que se casi duplicará la demanda de alimentos a nivel global y para mantener nuestros estándares de calidad protegidos de los envites de países y políticos perniciosos para nuestros intereses y continuidad.