HISTORIA

Los topónimos de Elche: memoria viva de su historia y paisaje

Los nombres de las partidas rurales ilicitanas revelan huellas de antiguas civilizaciones, transformaciones geográficas y la evolución del territorio a lo largo de los siglos
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Daniel Ruiz Perona
02 de febrero de 2025 - 01:37

Los topónimos, lejos de ser simples nombres en un mapa, son testimonios vivos de la historia y la geografía de un lugar. En Elche, el origen de las denominaciones de sus partidas rurales ofrece pistas sobre la evolución del paisaje, la influencia de las distintas civilizaciones que la poblaron y las actividades económicas que marcaron el devenir del municipio.

Muchas de estas partidas deben su nombre a características naturales. El Altet, por ejemplo, deriva de una pequeña elevación rocosa que distinguía la zona, mientras que Balsares hace referencia a terrenos con lagunas y humedales que en el pasado dominaban el paisaje. Valverde probablemente se relaciona con la fertilidad de sus tierras, y Derramador alude a la dispersión del agua, clave en un territorio donde la gestión hídrica siempre ha sido fundamental.

El legado árabe es notable en la toponimia ilicitana. Algoda, cuyo nombre podría traducirse como “el lugar donde fluye el agua”, refleja la importancia del regadío en la época islámica. Daimés, relacionado con una posible torre de vigilancia, muestra el antiguo sistema defensivo del territorio. Altabix, por otro lado, podría aludir a un lugar embellecido o destacado dentro del paisaje.

Pero la influencia de la cultura romana y medieval también está presente. Perleta, que podría derivar de un término latino relacionado con la fertilidad del suelo, y Maitino, posiblemente vinculado a “matutinum” (mañana o amanecer), muestran la huella de los antiguos colonos. Por su parte, Torrellano debe su nombre al conde de Torrellano, figura destacada en el siglo XVIII.

Algunas partidas, en cambio, surgieron en tiempos más recientes. La Marina, por ejemplo, nació a finales del siglo XIX tras la reubicación de la población de San Francisco de Asís debido a una epidemia. Los Arenales del Sol, de formación más moderna, se originó a partir de zonas de El Altet y Balsares en el siglo XX con la llegada del turismo y el desarrollo urbanístico.

En definitiva, los topónimos de Elche no son solo nombres, sino reflejos de su historia, de los cambios en su paisaje y de la gente que, a lo largo de los siglos, ha moldeado y habitado este territorio. Son piezas de un gran rompecabezas que, al ser analizado, nos permite comprender mejor el pasado y la identidad de la ciudad y su entorno.

1 comentario

  1. Es un articulo que está muy bien, pero en el mapa de las partidas rurales, está incompleto, pues faltan, casi tantas como las que se nombran: Saladas, Santa Ana, Vallongas, Ferriol, Altabix, Algoros, Algoda, Pusol, Derramador, Daimes y Asprillas.

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