Durante más de dos décadas, Simago fue uno de los nombres más reconocibles del comercio urbano en España. Fundada en Madrid en 1960 por tres empresarios hispano-cubanos —Simó, Mayorga y Gómez—, la cadena nació con la idea de implantar un modelo moderno de autoservicio que integrara bazar, supermercado y productos de todo tipo a precios asequibles. Su propuesta tuvo un éxito inmediato y, tras sus primeras aperturas en Madrid, Santander, Oviedo y Gijón, comenzó una expansión que la llevó a tener más de 60 centros en todo el país.
La llegada de Simago a Elche en 1972 supuso un punto de inflexión en el comercio local. El establecimiento se instaló en el número 24 de la calle Reina Victoria, en un edificio con historia: hasta principios de los años 70 había sido la Sala Victoria, un popular cine de verano y espacio de espectáculos. La transformación del solar en un gran almacén moderno representó un salto cualitativo para el centro urbano, que acogía así uno de los primeros ejemplos locales de lo que hoy conocemos como gran superficie comercial.
El centro de Elche, como otros de la cadena, contaba con algo más de 1.000 metros cuadrados, divididos en zona de supermercado y bazar. En sus pasillos se podía encontrar de todo: desde menaje del hogar y artículos de ferretería hasta electrodomésticos, productos de droguería, perfumería, juguetes y alimentación. Con precios accesibles y una fórmula de autoservicio aún novedosa, se convirtió en una referencia para muchas familias ilicitanas.
Durante los años 80, Simago amplió su red con la compra de cadenas como Galeprix-Aurrerá, lo que le permitió sumar decenas de nuevos centros bajo las marcas Simago, Aurrerá y Super Descuento. Sin embargo, tras ser adquirida en 1986 por el grupo financiero de la familia March, y posteriormente en 1990 por el conglomerado asiático Dairy Farm International, la cadena comenzó una etapa de cambios en su imagen y modelo comercial, que no siempre logró conectar con los consumidores.
En 1997, Simago fue adquirida por el grupo francés Continente, que absorbió su red de tiendas y eliminó definitivamente la marca, sustituyéndola por la enseña Champion. El centro de Elche cerró sus puertas en 1993, tras más de veinte años de actividad. Su clausura marcó el final de una era para el comercio local y fue, en cierto modo, el preludio de una nueva etapa dominada por hipermercados y centros comerciales periféricos.
Aunque hoy ya no queda rastro visible del rótulo de Simago en la calle Reina Victoria, su legado perdura en la memoria de varias generaciones. La cadena no solo transformó el modo de comprar en ciudades como Elche, sino que anticipó un modelo de consumo que se consolidaría en las décadas siguientes. Su historia es también la historia de un país que comenzaba a modernizarse, y de una ciudad que supo estar en sintonía con ese cambio.