OPINIÓN

Soberanía alimentaria

07 de marzo de 2024 - 09:43
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Si hay alguien que sabe lo que significa ser un hombre de palabra, esos son nuestros agricultores y ganaderos; los que están a pie de campo, digo; los que te estrechan su mano llena de callos y te recuerdan con su mirada que eso vale más que una escritura. Y es que, podría parecer que de unos años a esta parte todo vale. Las medias verdades, la incongruencia, lo superficial… Ya lo decía el escritor Pío Baroja. “En la verdad no puede haber matices, pero en la semi verdad o en la mentira, muchísimos”. Los agricultores saben que con la implantación de la Agenda 2030 y del Pacto Verde Europeo novan a poder subsistir. Los agricultores saben que desde Bruselas les han prohibido utilizar cientos de productos como el acaricida Acramite, o el Overon para controlar la temida mosca blanca, y que así no pueden seguir trabajando.

Además, resulta incoherente exigir unas medidas tan coercitivas para el sector primario europeo al mismo tiempo que se autoriza la entrada de productos procedentes de terceros países, como Marruecos, que no cumplen con esas mismas exigencias, generando una competencia desleal con los propios productos comunitarios. Ayer mismo nos enteramos de la noticia de la presencia de Hepatitis A en fresas procedentes de Marruecos regadas con aguas fecales. Mientras tanto, nuestros agricultores colgados de una soga sin poder utilizar fitosanitarios por los caprichos ambientales de Europa. Búsquenle ustedes el sentido porque yo no se lo encuentro. Hablando del cambio climático, un pastor me recordaba ayer que en 1954 nevó en Elche, y que entonces no había contaminación de los coches. “La gent anava en bicicleta”. Me decía que este año ha habido mucho destrío en las granadas. “Diuen que és pel canvi climàtic, però això sempre ha passat cada pocs anys”.

Es la verdad más sencilla, la sabiduría del que vive con los pies en el suelo. No es negacionismo climático, es la realidad vista por la experiencia. Nuestros agricultores, ganaderos y pescadores tienen más ciencia que cualquier político de turno, sea del color que sea. Nadie les ha consultado para redactar las nuevas normativas, nadie les ha tenido en cuenta. Los más mayores, que son los más experimentados en su trabajo, pero no saben de manejo informático, van a ser totalmente descartados por no poder utilizar el obligatorio cuaderno de campo digital. Los más jóvenes, ante la perspectiva de un futuro tan incierto y desesperanzador, están abandonando el medio rural, el negocio familiar que siempre se ha heredado de generación en generación. Primero fue la Agenda 2030 y el Pacto Verde Europeo, ahora nos acaban de clavar por la espalda la ley de Restauración de la Naturaleza, un nuevo varapalo a nuestro sector primario que criminaliza a pescadores, ganaderos y agricultores, que acabará haciendo improductiva la mitad de la superficie de nuestra piel de toro, y que ya está destruyendo la soberanía alimentaria de España.

La verdad es la verdad, dígala el rey Agamenón o su porquero, y aquí no valen las medias tintas. Sólo VOX ha votado en contra de todas esas normativas que atacan directamente a los productores españoles. Sólo VOX defiende nuestro campo frente a las élites de Bruselas. Solo VOX pone el rojo y el amarillo de nuestra bandera por delante de los colorines de la maldita ruleta globalista. Nuestro campo no se muere, a nuestro campo lo están matando entre todos. Estamos viviendo la aniquilación de nuestro sector primario y somos muy pocos los que realmente trabajamos para impedirlo, sin complejos y con la boca llena, poniendo la verdad por encima de la paz. Los agricultores, ganaderos y pescadores ya lo saben, solo VOX les defiende igual en Elche, en Madrid y en Bruselas.