OPINIÓN

Talento político

23 de mayo de 2024 - 10:18
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En estos días que las guerras políticas colman los titulares de los medios de comunicación, me pregunto sí estamos viviendo un retroceso democrático real o simplemente caminamos hacía la teatralización de la política y el exabrupto dialéctico como forma única de diálogo.

Cuesta creer que se puede construir algo positivo desde “empezaste tú” o el “y tú más”. La lucha por el poder es consustancial a la actividad humana, sin embargo, este ejercicio permanente por la negación del otro, solo nos llevará a la destrucción mutua asegurada de la democracia y de los demócratas.

La confrontación de ideas es sana. El diálogo es más sano aun. Y el consenso pensando en el bien común es, a todas luces, lo único y más importante que podemos hacer como ciudadanos, estemos o no en las instituciones políticas. Sin embargo, tenemos la sensación que estamos en una escalada donde se hace inviable poder construir ideas que hagan de la ciudad, ese espacio común.

Me sorprende, o no, ver como las disputas que se elevan a categoría de guerra sin cuartel sean tan faltas de fondo que pareciera que nos hemos quedado sin ideas para hacer de nuestra ciudad un referente cultural, social, económico y turístico de vanguardia. Lejos quedaron aquellas encuentros de Futurelx donde imaginábamos un futuro prometedor.

Los debates que se producen sobre nuestro futuro común hoy se circunscriben a temas menores (no digo que no importantes) y a la firme voluntad de demostrar que los unos estamos en contra de los otros. Mientras, la ciudadanía permanecemos atónitas de ver como las disputas partidistas (que no políticas) nada tienen que ver con las necesidades, dudas y aspiraciones de los ilicitanos e ilicitanas.

Como la queja y el lamento no nos lleva a ningún sitio, tampoco la política municipal actual, quiero pensar que en nuestra ciudad existe el suficiente talento político para pensar en como nuestra ciudad no solo avanza en un proyecto compartido, sino que esta capacitada para lidera los cambios necesarios y que Elche sea un ejemplo de ciudad cosmopolita.

Sería perfecto si, además del talento político que aporta la ciudadanía, pudiéramos sumar el talante político de los representantes municipales para impulsar los cambios desde las instituciones. Estoy seguro que es tan solo un tema de voluntad para entender que los enemigos son otros y que las ideas son siempre constructos generados por muchas personas, lo demás, son simplemente ocurrencias.