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Un estudio de la UMH muestra los mecanismos óptimos para el cultivo de cítricos de mayor calidad para el clima mediterráneo

Las variedades de naranja dulce se pueden dividir en dos grupos principales: La naranja blanca, frecuentemente consumida y la naranja sanguina o pigmentada, casi desconocida en España. Recuperar el cultivo de la naranja pigmentada, a la vez que se seleccionan las variedades que mejor se adapten al cambio climático son dos de los objetivos del proyecto ‘Newblood’, liderado por la profesora del Departamento de Producción Vegetal y Microbiología de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) Pilar Legua
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Iván Hurtado
22 de junio de 2024 - 03:08

Los investigadores de la UMH estudian la influencia de portainjertos adecuados para el cultivo de la naranja sanguina. Los resultados muestran que a la hora de hacer los injertos existen dos portainjertos que, al combinarlos con diferentes variedades sanguinas, son aptos para el cultivo de naranja pigmentada.

El objetivo de esta investigación es estudiar el comportamiento agronómico de distintas combinaciones injerto/patrón, esto permitirá hacer una selección óptima y específica a los requerimientos de agricultores y consumidores. Pilar Legua explica que “los patrones o portainjertos se utilizan porque pueden inducir mejoras en la producción y calidad de la variedad además de adaptar las variedades a las diferentes condiciones ecológicas, edafoclimáticas, tolerancia/resistencia a enfermedades, entre otros”.

Asimismo, el grupo de investigación en ‘Fruticultura y Técnicas de Producción’ de la UMH estudia las características morfológicas, químicas y bioquímicas de las distintas variedades del fruto, así como la composición de su zumo. La finalidad es conocer el material vegetal y la calidad de los productos, así como acceder a las variedades con una mayor productividad, calidad organoléptica y valor nutricional. Durante la investigación se han estudiado 8 variedades de naranjas sanguinas y se han encontrado diferencias entre ellas.

El proyecto ‘Newblood’ no solo pretende potenciar el cultivo de naranjas sanguinas en España. Además, tiene en cuenta futuras aplicaciones basadas en el aprovechamiento y la economía sostenible. En este sentido, el grupo de investigación en ‘Fruticultura y Técnicas de Producción de la UMH’ estudia la composición química de la piel de diferentes variedades de naranja sanguina. Los investigadores han observado que, debido a sus compuestos bioactivos, el extracto de la piel de estas naranjas puede tener potencial aplicación a la hora de elaborar conservantes alimenticios o productos nutracéuticos.

Uno de los inconvenientes de la naranja pigmentada es su corto periodo de conservación antes de que desarrolle síntomas de sobremadurez. El proyecto que se encuentra en una fase intermedia, pretende estudiar en la fase final, la vida postcosecha de las naranjas pigmentadas mediante la aplicación de diferentes tratamientos de conservación y evaluación de la calidad de la fruta con el fin de prolongar la vida útil de las naranjas.

‘Newblood’ ha contado con la colaboración del grupo de investigación en Citricultura del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA). Además, tiene financiación de la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital de la Generalitat Valenciana.