En un giro inesperado y sin precedentes, la Junta Electoral ha incautado miles de pulseras promocionales de diferentes partidos políticos. Las pulseras, que llevaban inscripciones como “Free Borregos”, “Me gusta que me engañen” y “Soy gilipollas”, han sido calificadas como una “vulneración gravísima” de una norma no escrita fundamental.

El portavoz de la Junta Electoral, con gesto grave y un micrófono algo tembloroso, explicó: “Existen normas no escritas en las campañas electorales que son tan sagradas como las escritas. Una de estas normas es que bajo ninguna circunstancia se debe decir la verdad en los mítines electorales”.

El portavoz continuó diciendo que la distribución de estas pulseras “ha generado una confusión innecesaria entre los votantes, quienes podrían haber empezado a cuestionar sus decisiones y, peor aún, a exigir una política basada en la verdad y la transparencia”.

Las reacciones no se han hecho esperar. En las redes sociales, algunos ciudadanos han expresado su sorpresa y confusión, preguntándose si realmente necesitaban una pulsera para darse cuenta de su situación. Otros, con un toque de sarcasmo, han comenzado a pedir “la versión premium” de las pulseras, con luces intermitentes y alertas sonoras.

Los partidos políticos afectados han emitido comunicados variados. Uno de los líderes, con una sonrisa nerviosa, declaró: “Fue un error de imprenta. Queríamos decir ‘Libertad para todos’ en lugar de ‘Free Borregos’. Lamentamos la confusión y tomaremos medidas para que no vuelva a ocurrir”.

Otro partido, en un alarde de sinceridad inusitado, simplemente afirmó: “Bueno, al menos no mentimos esta vez. Pero entendemos que no es el momento ni el lugar”.

Mientras tanto, los expertos en marketing político ya están trabajando en nuevas estrategias para las futuras campañas, asegurándose de que cualquier verdad incómoda quede bien oculta detrás de promesas ambiguas y frases hechas.