“Ellos no llevarían allí a sus hijos”. Esta ha sido una frase muy repetida entre las madres y padres del colegio Miguel de Cervantes a principios de este mes, con el inicio de su curso escolar con obras de reconstrucción de los tejados del centro. Está claro que la mala planificación de estas obras (adjudicadas en junio e iniciadas a finales de agosto), por un lado, y la mala gestión de la situación por parte del gobierno municipal (sobre todo, de la concejala de Educación) ha llevado a un profundo malestar de la comunidad educativa de este colegio, unido a la falta de dos educadoras para el aula UECO de necesidades especiales. Una actitud poco humilde ante la preocupación de los padres y madres no es lo más adecuado para calmar y tratar de dar solución a un problema que, es normal que los preocupe. Uno no se siente seguro de que a su hijo o hija no le pueda pasar algo cuando la cubierta de tu colegio está en obras y hay que hormigonar. Comprensible. Pero comprensión, ha habido poca.
El mes de septiembre está marcado por el inicio del curso escolar, los gastos que acarrean añadidos a los que uno lleva acumulados a lo largo del año y el final del verano. El portavoz socialista, Héctor Díez, ha pedido al gobierno de Ruz y VOX ayudas para material escolar y apoyo a las familias y a los comercios de proximidad. Como si oyeran llover… para el alcalde ha sido más importante licitar (es decir, sacar a concurso público) el contrato de suministro, en régimen de arrendamiento, de dromedarios para la cabalgata de los Reyes Magos por tres años, más uno de prórroga. Dromedarios vivos, especifica. Más de 90.000 euros en total, a razón de 10.000 euros de alquiler por dromedario que “deberán estar disponibles desde las 17:00 horas del día 5 de enero, hasta las 21.30 horas del mismo día”. Que digo yo que quizá no sea necesario este gasto cuando alquilar una carroza es cuatro veces más barato, más llamativo para los más pequeños y grandes y más respetuoso con los animales. Pero al señor Ruz, todo lo que sea gastar el dinero que no es suyo y a lo grande, le gusta. Cuestión de prioridades.
Pero el curso político también se ha iniciado con la manifestación del Orgullo LGTBI+ de Elche, este año, con la poca o nula participación del gobierno municipal, donde el alcalde, que hace unos meses denunciaba en el pleno municipal y en Les Corts sufrir un ataque de homofobia, volvió a no acudir. Siempre tiene algo ese día. Pero a los organizadores no se les pasó y lanzaron duras críticas al primer edil por sus reiteradas ausencias y contradicciones. Habrá que recordarle ese podcast de “La acera de enfrente” de enero de 2020 donde aseguraba que un alcalde es de todos y que, si llegaba a ser alcalde, tendría que ir al Orgullo. Lo peor de todo esto es que el señor alcalde, no se sonroja. Eso es lo preocupante.