El Gran Teatro de Elche fue el escenario de un sentido pregón de la Venida de la Virgen, protagonizado por José Antonio Román Parres, quien supo emocionar al público con un discurso cargado de historia, homenajes y propuestas para el futuro. El presidente honorífico de la Sociedad Venida de la Virgen, con una trayectoria vinculada profundamente a las tradiciones de su ciudad, reflexionó sobre los 159 años de esta celebración y destacó la necesidad de seguir impulsándola hacia un mayor reconocimiento, buscando incluso su inclusión en la lista de Patrimonios de la Humanidad, como ya lo logró el Misteri d’Elx.
El acto comenzó con una solemne interpretación musical que marcó el tono de la velada. A lo largo de su intervención, Román Parres ahondó en la importancia histórica y cultural de la Venida de la Virgen, presentándola no solo como una celebración religiosa, sino como un pilar de la identidad ilicitana. Con especial sensibilidad, dedicó un poema a la luna, que en su relato simbolizó la primera testigo del hallazgo de la Mare de Déu en el arca.
Uno de los momentos más conmovedores llegó cuando el pregonero fue presentado por su nieto, Marcos Román, quien expresó su orgullo y gratitud por el legado de su abuelo. Este gesto familiar cargado de emoción añadió un carácter aún más íntimo a la velada, evidenciando la conexión generacional que estas tradiciones fomentan en la comunidad ilicitana.
Román no solo se centró en la historia de la festividad, sino también en las personas que han sido fundamentales en su desarrollo. Reconoció los esfuerzos de quienes han dedicado sus vidas a mantener vivas las tradiciones, destacando especialmente el papel creciente de la mujer en la sociedad que organiza la fiesta. También rindió homenaje a figuras ilustres de la Venida de la Virgen, incluyendo a quienes, de forma póstuma, fueron recordados por su contribución y compromiso, destacando especialmente el papel de las mujeres en la Sociedad Venida de la Virgen. En este sentido, mencionó con orgullo a Fina Mari Román, actual presidenta de la entidad, como símbolo de un avance necesario y valioso en la historia de la sociedad.
Con una oratoria que combinó nostalgia, gratitud y visión de futuro, Román repasó los avances logrados durante su etapa como presidente de la Sociedad Venida de la Virgen. Habló de cómo se ha fortalecido la conexión entre las fiestas y las generaciones más jóvenes, así como del esfuerzo por mantener una identidad colectiva que respeta el pasado mientras se proyecta hacia el futuro.
El pregón, que también contó con homenajes a figuras destacadas de la fiesta, cerró con la interpretación de la marcha Sóc per a Elig, consolidando el espíritu de unión y memoria que caracteriza a esta celebración. Con una mezcla de nostalgia, gratitud y visión de futuro, el mensaje de Román fue claro: la Venida de la Virgen no es solo una festividad, sino un elemento clave de la identidad ilicitana que debe ser preservado y reconocido a nivel global.