OPINIÓN

Encarar los grandes retos

09 de febrero de 2024 - 10:10
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La actualidad política nutre de contenido los informativos cotidianos. Las discusiones sobre asuntos concretos concentran buena parte de la agenda mediática ilicitana. Sin embargo, no hay posibilidad de debatir sobre el modelo de ciudad, sobre cómo encarar los grandes retos que nuestro municipio tiene en esta década. Y esa oportunidad no existe porque las formaciones conservadoras prefieren rehuir de los temas complejos que evidencian sus insostenibles contradicciones.

Elx, en estos años, necesita dar respuesta a los desafíos en materia laboral para asegurar empleo de calidad, debe garantizar un sistema tributario justo y, por supuesto, blindar los servicios públicos como garantes de la justicia social. La ciudad también tiene que desarrollar las herramientas que reconozcan y protejan la igualdad y la diversidad e impulsar unas políticas culturales que, más allá del efecto económico, potencien su papel cohesionador y transformador.

Por supuesto, mitigar los efectos de la emergencia climática es clave también para nuestra ciudad y esto comporta una planificación urbanística y ambiental a la altura. Además, es imprescindible situar el principio de salud pública como base de todas las políticas municipales y hacer frente a las necesidades en materia sanitaria. Este es el trasfondo que desde Compromís hemos querido debatir en estos meses de legislatura. Y la realidad es que contamos con un alcalde que quiere escapar a la confrontación de modelos de ciudad porque es consciente de que basa sus actuaciones políticas en defender una cosa y la contraria y eso es, sencillamente, imposible.

Como ejemplo, no se puede defender la salud pública y rechazar la propuesta de que no se fume en las terrazas, votar en contra de la prevención de la ludopatía y negar que se imparta educación sexual a nuestros jóvenes. Menos aún se entiende que Pablo Ruz esté en contra de revertir al sistema público el Hospital del Vinalopó. Tampoco se puede pretender decir que se protege el Medio Ambiente y destrozar las políticas verdes del anterior gobierno. Como no se entiende que se jacten de los buenos datos de empleo en la ciudad y que sus formaciones voten en contra de la reforma laboral y la subida del salario mínimo. Por no hablar de la renuncia al pago de los 43 millones de euros por parte de la Generalitat.

Estamos ante un alcalde que quiere hacer equilibrios imposibles porque o bien no tiene un modelo de ciudad claro o bien quiere ocultar cuáles son las intenciones reales. De momento tiene la suerte de contar con numerosos proyectos heredados que camuflan estas carencias. Pero los ilicitanos e ilicitanas merecemos más, merecemos a alguien que no se limite a reproducir las consignas fáciles de su partido, sino que sea capaz de encarar con responsabilidad los retos de esta década para asegurar el bienestar colectivo. Esta es la prioridad de Compromís.